No al retorno del Estado empresario
El pésimo servicio del Estado en los servicios públicos lo constatamos diariamente desde que salimos de nuestras viviendas con el cada vez peor tráfico y la inseguridad ciudadana. Y cuando por desgracia se requiere del sistema de salud, de la educación estatal, la frustración es enorme; para no mencionar el sistema judicial. La frustración es aún mayor cuando constatamos que mientras la situación de los servicios públicos que demanda la ciudadanía es sumamente deficiente, el Estado distrae enormes recursos en actividades en las cuales no debería de incursionar.
En esta oportunidad los diversos problemas de PetroPerú (PP), unidos al hecho que el gobierno pretende entregarle los lotes petroleros de Talara sin concurso previo y en contra de los establecido en la Constitución ha colmado la paciencia del Congreso. Habiéndose presentado una moción de censura contra el ministro Oscar Vera, de Energía y Minas.
Durante el gobierno de Castillo y el de Boluarte se ha querido vulnerar reiteradamente el principio de subsidiariedad del Estado, a pesar que las empresas privadas pueden desempeñar más eficientemente las actividades empresariales.
Y hemos vuelto a comprobar hace poco que el Estado interviene en la toma de decisiones clave de las empresas públicas. Las que generalmente se utilizan para pagar favores políticos, lo que como ya hemos visto muchas veces genera corrupción o mayor ineficiencia, todo lo cual afecta la competitividad de este tipo de compañías. Y si bien esas características se han presentado “normalmente”, es durante el gobierno de Castillo que estos problemas se elevaron exponencialmente y no se aprecian mejoras durante el gobierno de Boluarte
El retorno del Estado empresario reforzado sería una verdadera tragedia para nuestro país. En primer lugar, el gobierno, en lugar de estar enviando señales para atraer la inversión privada, la única manera de reactivar sostenidamente a nuestro país, hace exactamente lo contrario. De un plumazo elimina la competencia de las empresas privadas y ha anunciado que le otorgaría directamente los lotes de Talara directamente a PP.
A pesar que uno de los atractivos a la inversión privada en nuestro país era que las empresas públicas y privadas recibirían el mismo tratamiento, el gobierno le otorgó a PP una exoneración para que pudiera iniciar las operaciones de la NRT sin tener todos los permisos requeridos. Estas discriminaciones son las que espantan a la inversión extranjera.
¿Y con estos pergaminos se realizará la próxima reunión de APEC en Lima, en la que se designará a Boluarte como presidenta de APEC, y la mandataria solicitará que vengan a invertir al Perú?. Hay que tener en cuenta que a dicha reunión asistirán los presidentes de EE UU, de China, primer ministro de Japón, etc. ¿Uds creen que ellos , y los empresarios que los acompañaran, se tragarán el cuento de Boluarte sobre la inversión privada?
Entonces, ¿qué hacer con PP?, si bien desearía privatizarla, esto no sería conveniente ahora, ya que la empresa debe tener una valorización de cero, o negativa, y tampoco se va a “malbaratear” un patrimonio de todos los peruanos. Por lo que estoy de acuerdo con la propuesta de Anthony Laub de concesionar la administración la administración de PP, debiendo contratarse, vía head hunters, a los mejores profesionales en el tema. Exonerándolos de los límites salariales, y con honorarios de éxito si alcanzan las metas que se les presentarían. Y una vez que logren reflotar la empresa, recién en esa etapa se podría privatizar la empresa. Y con el directorio se tendría que hacer algo similar.
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