NN, el verdadero nombre del Perú

El poeta Tulio Mora, junto con Elqui Burgos y José Rosas Ribeyro, se dio a conocer en la revista Estación Reunida –título homónimo de un poema de Javier Heraud– en la que se proclamaba la poesía-acción. Como integrante de Hora Zero, aparte de publicar dos importantes antologías del movimiento, escribió su obra mayor, Cementerio General (1989), ampliada en cada una de sus reediciones hasta alcanzar el número cabalístico de 77 poemas.

Poesía referencial, poesía social, poesía histórica, o simplemente, según los postulados horazerianos, poesía integral. Estas categorías definen a Cementerio General de Tulio Mora. Recuento de una historia de más de veinte mil años, a partir de diferentes yo poéticos, como encarnaciones de mitos, culturas o pueblos, o individualidades que traspasaron las fronteras del anonimato.

Desde el antiguo hombre que pintó las escenas de caza de Toquepala –voz colectiva que sin embargo usa la primera persona retórica para comunicarnos su verdad: “el hambre hizo de mí el artista que ahora elogian”–, hasta Antonio Díaz Martínez y Bárbara D’Achille, protagonistas y víctimas del conflicto interno de los años ochenta, Cementerio General no solo poetiza la historia, sino toma posición siempre del lado de los vencidos en la malhadada historia del Perú, aquella que la Historia (la oficial) no registra o elude.

Así, en el poema “Guamán Poma de Ayala (¿ - 1615a)”, la voz poética nos confiesa: “Torpe es mi palabra, mas infinita/ porque infinita es la congoja de mi país:” Y en “Flora Tristán (1803-1844)”, leemos: “No hay mejor campo de prueba que el Perú”.

Un cementerio hecho de palabras, un registro que toca las fibras más profundas de la nacionalidad. En esta selección de vestigios no hay espacio para la literatura complaciente. Este año, que lamentamos la pérdida de Tulio Mora, también celebramos el 30 aniversario de la publicación de este libro fundamental y, a su modo, fundador. Como se lee en los dos últimos versos del poema “Antonio Díaz Martínez (1936-1986)”: “NN, el verdadero nombre del Perú”.

Arturo Delgado Galimberti

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