Ni confianza ni delegación de facultades, ¡vacancia ya!
En las dos últimas semanas, en esta columna, me he referido a la imposibilidad de dar el voto de confianza al gabinete inaugurado el 6 de octubre pasado, ello en razón a la grave infracción constitucional admitida por la propia presidenta del Consejo de Ministros en torno a la presencia de uno de sus cuestionados integrantes y la terquedad de mantenerlo en las casi cuatro semanas transcurridas pese a las evidencias de su pasado y presente nada recomendables.
La presentación de la jefa del gabinete ministerial ante el Congreso de la República el lunes 25, sirvió para dejar en claro que ella representa más de lo mismo que su antecesor.
Vásquez Chuquilín habló generalidades y lanzó una retahíla de promesas que, por boca de ella misma una vez elegida como parlamentaria el 2020, sabemos se pueden hacer a sabiendas que no serán cumplidas. Pero no se quedó en lo previsible sino que, sin empacho, ratificó estar embarcada en la insensatez de la nueva constitución, que maquilló con la etiqueta de “un renovado pacto constitucional”.
Casi a la misma hora en que Vásquez desarrollaba su libreto en el Parlamento, el ladino inquilino de Palacio de Gobierno en uno de sus habituales paseos al interior del país, esta vez en Bagua Grande, no pudo contener los efluvios de su entraña marxista e ignorante en temas constitucionales básicos y dejó escapar la emanación nauseabunda de estatización de la empresa concesionaria del gas de Camisea.
Ignora Castillo que según nuestra Constitución (Art. 66) todos los recursos naturales, renovables y no renovables, le pertenecen a la Nación y el Estado es soberano en su aprovechamiento y puede autorizar a hacerlo a los privados, vía concesión.
Para redondear la que creen era su faena, al mediodía del miércoles 27, Castillo y Vásquez hacen llegar al Congreso un proyecto de ley, de 72 hojas, solicitando que Congreso les delegue, por 120 días, facultades para legislar en materia tributaria, fiscal, financiera y –dizque- de reactivación económica.
Algunos hasta afirman que Castillo sabotea a Vásquez. No vale caer en tamaña ingenuidad ya que es obvio que, disimulo más o disimulo menos, incontinencia más o incontinencia menos, ambos son parte del mismo equipo, al que pertenece también el ex gobernador de Junín condenado por corrupción y el negado fiestero pro narcotráfico metido al ministerio del Interior.
El gobierno del Perú no puede seguir en manos de estos personajes. La vacancia presidencial y nuevas elecciones presidenciales son una necesidad urgente.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter e Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
