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Multicrisis

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Fecha Publicación: 20/03/2022 - 22:52
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Si me pidieran resumir en una pequeña frase el desarrollo político de nuestro país, lo resumiría como una “multicrisis” ya que en el mismo espacio y tiempo convivimos en el desorden y caos que nos hacen expertos para poder naufragar en el mar de incertidumbres.

Hasta hace unos meses la “multicrisis” para la mayoría de los peruanos, sumidos en sus problemas de subsistencia, los problemas políticos de las instituciones eran percibidos como anécdotas y temas de conversación familiar y amical propios de una sobremesa. Sin embargo, hoy esto ya no es así porque los efectos del desorden y caos en el que se desarrolla la política han bajado hasta los bolsillos de las personas y el panorama económico nacional del corto plazo se torna negativo.

La inestabilidad política ha generado alertas en nuestros socios comerciales internacionales y la proyección del crecimiento de nuestra economía está en niveles mínimos que, al cumplirse, incrementarán el desempleo acentuando más la informalidad que ya había crecido luego de los dos años de pandemia.

A ello debemos sumarle el incremento de los precios de los combustibles que, si bien son por efectos internacionales, tienen además un alto porcentaje de impuestos que originan un efecto en los demás precios de los bienes y servicios de la economía familiar.

La administración de las crisis generalizadas debe ser asumida por los actores que la originan; en nuestro caso el Gobierno debe actuar convocando a los demás poderes para encontrar soluciones sin embargo no creo que esto suceda. Ello quedó evidenciado en el último discurso del presidente Castillo ante el Congreso donde transmitió su sentimiento confrontacional deslizando que los problemas del país no son responsabilidad del Gobierno sino también del resto de los poderes del Estado e instituciones autónomas constitucionales.

El tema de la “multicrisis” política debe ser afrontado por el Congreso, sin embargo, percibo que los parlamentarios sumidos en sus agendas parlamentarias olvidan el horizonte de mediano plazo y actúan sobre la impulsividad e inmediatez del control político dejando de lado aspectos emergentes como es el de la salud de la economía del país y los efectos de la inestabilidad política y del sistema judicial que generan percepciones negativas en los sectores nacionales e internacionales que nutren de capitales a la nación para generar crecimiento y desarrollo.

El Congreso debe replantear su agenda haciendo que su trabajo sea coherente con los problemas nacionales, no sólo del corto plazo.

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