Mucho más que pinceles
Es una buena manera de dar una idea de lo que Kimi Neff emplea para realizar su pintura que es muestra de la alegría con que acompaña su día. Alegría que pone en cada color con que toca la tela sobre la que deja huella de su voluntad de no sujeción a técnicas tradicionales para la ejecución de la pintura de caballete en la que ella se expresa con estas y aquellos recursos que le permiten dar paso a su necesidad de expresar con emoción recuerdos de sueños o vínculos familiares. Entonces, un peine, una conchita, una tapa o sus propias manos le son útiles y apropiadas para rayar, rascar, crear texturas o dejar la huella que tenga capacidad de entregar un mensaje. Recursos convertidos en sus aliados en obra mostrada desde su primera presencia en la exposición virtual, colectiva, en la Casa Grau, Barranco, el 20 de abril por el Día Mundial del Arte. Nos dice, “...expuse con miedo. No sabía dónde ir, cómo llegar. Ahora sé quién soy, qué quiero para mí. Encontré un norte, la pintura, está conectada con mi alma. La disfruto y me da la paz que me apasiona”. También le dio una constante que comenta. “Quiero convertirla en mi ocupación de vida”. Tiene un trabajo formal que le da suficiente tranquilidad económica, que ahora, con decisión, quiere tener con este arte del que nos dará una muestra el sábado 4 al inaugurar a las 6 de la tarde su primera exposición individual, Liberación y Catarsis, en la galería Martín Yépez. Nicolás de Piérola 938, Plaza San Martín.
El nombre que escogió para titularla es como todo lo que pone en su obra, una expresión del proceso de crecimiento y creación que vive luego de participar en un taller holístico de sanación y uno de liderazgo. Le sirvieron para sanar y aprender a liberarse de “las capas que me impedían ser yo, saber quién es mi alma, que ahora puedo mostrar en cada uno de esos detalles que están en mi pintura”. Haber querido y podido “sanar” fue decisión exitosa como es el título. Decisión cercana a su ser “persona de carácter fuerte que no tiene secretos. Si no me siento en paz y no hay confianza, no me abro”. Condición con muy posible raíz en la reserva, la fortaleza, que tiene por su ancestro chino.. la alegría y ese entusiasmo para contactar y compartir, por el alemán. En una de las piezas en la exposición, está en la foto, el punto central es un símbolo chino. La trabajó “con pinceles y las manos que son huellas de mi presencia, y dirán a mi hijo Liam que fui la autora y cuál es nuestro origen”. Chino es también el dragón que se insinúa en otro de los cuadros, con ella tiene la curiosa relación de fuerza y la levedad cuando usa la imagen de la libélula haciendo referencia a su elevarse en vuelo expresivo.
Kimi, que le pone vida y corazón a su pintura, también los entrega en sus poemas que gusta de recitar con la misma felicidad con que pinta y canta. Me dice, ”en mi poesía quiero poner mi voz oscura”. Me alcanza unas líneas aún frescas:
Hoy pinto con mis manos ensangrentadas
un punto abstracto en las tinieblas y al lado de un rostro como oído
con la misma sonrisa estúpida de mi exterior
me inclino y vuelvo a subir.
Estamos seguros que con Liberación y Catarsis tendrá nuevos aprendizajes, nuevas invitaciones, nuevas personas que habrán recibido su ayuda, y ella dando su “abrazo a la vida” seguirá creciendo, elevándose y dejando ir. “ Me estoy mostrando, quiero ser mejor. Me estoy conociendo, me están conociendo, me invitan a nuevas exposiciones y cada una de ellas será un paso con un nuevo aprendizaje”.
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