Mistura, espejo del Perú

El estreno de Mistura ha despertado un entusiasmo singular en la cartelera nacional. La nueva película de Ricardo de Montreuil no solo se posiciona como una apuesta cinematográfica de primer nivel, sino que abre un debate sobre identidad, género y cultura en el Perú. Con un reparto encabezado por Bárbara Mori, Christian Meier y César “Pudy” Ballumbrosio, el filme nos invita a revisitar los años sesenta, una Lima en transición, donde el clasismo convivía con una efervescencia cultural que todavía resuena.
En el corazón de la trama está Norma Piet, interpretada por Mori. Su personaje enfrenta el colapso de un matrimonio y la hipocresía de ciertas figuras de la alta sociedad limeña, encontrando en la cocina una vía de resiliencia. En conversación conmigo, la actriz fue clara: “Me encantó por la trayectoria de Norma, humana, emocional, porque me sentí muy identificada con su pérdida y con todo este viaje al que se sumerge en la historia”. Para ella, no se trataba de un papel cualquiera, sino de un ejercicio de memoria y empatía hacia las mujeres latinoamericanas. “Me identifiqué mucho con el personaje... me pareció que era una historia importante para contarle, sobre todo, no solo al ser humano, a Perú, a la gastronomía... sino también a la mujer que está atravesando por un momento importante en el mundo”.
El desafío no fue menor. Mori me confesó que lo más difícil fue representar la discriminación de la época: “Fue muy complicado... atravesar todas estas escenas en donde les hablé feo a la gente que trabajaba en casa, porque yo soy muy consciente de que todos somos iguales... abordar estas escenas me pareció complejo, pero hermoso, porque si no retratas eso, no cuentas toda la historia completa”. Esa incomodidad le otorgó verosimilitud a la historia y permitió que la evolución de Norma se sintiera honesta.
El otro hallazgo de Mistura es el trabajo de César “Pudy” Ballumbrosio. Su personaje, un chofer cercano a Norma, evita caer en el cliché racial frecuente en el cine. Conversé también con él y fue contundente: “Hoy en día luchas contra el movimiento afroperuano... en las películas normalmente a los negros los posicionas en un rol muy cliché... Lo asumí con mucha sinceridad, siendo muy genuino, creo que me mimeticé en una persona mayor... al momento de entonar una palabra, bajar la voz, ser muy cuidadoso, cauteloso con mi jefa”. La interpretación introduce una mirada afroperuana compleja en la ficción nacional.
Ballumbrosio destacó además el vínculo con Mori: “Cabe relevar el trabajo que hice con Bárbara... es muy íntimo lo que hice con Bárbara, una buena dupla”. Ese cruce actoral eleva la historia, sumando complicidad en un contexto marcado por tensiones de clase y racismo.
Mistura es más que un estreno exitoso. Es una obra que interpela y que obliga a preguntarnos hasta qué punto las jerarquías sociales de aquella Lima siguen presentes, transformadas o disimuladas, bajo nuevas formas que aún condicionan nuestra vida cotidiana.

* Por Sol Pozzi-Escot

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