¡A misma razón, mismo derecho!
Es esta una de las nociones primeras y más elementales recibidas de aquella, entonces, prestigiosa escuela de Derecho de la Pontificia Universidad Católica del Perú, en la que se enseñaba a pensar jurídicamente, a adquirir conceptos y reflexionar sobre ellos y no a memorizar textos.
Significaba y significa ese enunciado, ese principio, que en todo caso en que existieran las mismas razones debiera aplicarse la misma normativa y llegar a la misma consecuencia jurídica. En la base de él, sin duda, se halla otro gran principio de derecho, el de la igualdad.
Oportuno resulta este aforismo ante lo que estamos presenciando en el país desde hace varios meses, donde parece extraviada toda noción de coherencia, de igualdad de trato. Ello se hace patente, sin ninguna duda, en el caso de Keiko Fujimori, detenida preventivamente desde hace más de cien días sin que exista elemento objetivo, menos prueba, de que esté incursa en alguna irregularidad o delito. Solo se alza contra ella el dicho pérfido y no corroborado de alguien cuya identidad ni siquiera se conoce, aunque se intuye, y que le endosa buscar obstruir a la justicia.
Mientras tanto, otras personas, como el mismísimo presidente de la República, M. Vizcarra, el ex presidente O. Humala, la ex presidenta de facto N. Heredia y la ex alcaldesa provincial de Lima S. Villarán, por citar solo algunos, respecto de los cuales hay más de un dicho, documentos hasta provenientes de la propia mano y contratos y adendas suscritas en sus gestiones, gozan de libertad personal. Si para jueces y fiscales los elementos que les atañen no ameritan privarlos de la vital libertad, con igual –y mayor aún– razón, Keiko Fujimori debe gozar de la misma.
Si hasta hoy no se da un trato igual a las personas mencionadas es porque hay una clara persecución u hostilidad de origen y propósito políticos. Como sucede en esos casos se ha usado operadores infiltrados en la administración de justicia, apoyados por una prensa financiada desde el poder, para revestir de apariencia jurídica lo que no es más que un plan para neutralizar al partido político que lidera Keiko Fujimori, para distraerla en su rol de lideresa, para anunciarle que corre riesgo su participación en las próximas elecciones generales y para debilitar o poner obstáculos al rol de oposición al régimen que le ha dado el voto ciudadano a Fuerza Popular.
¡Los peruanos formados en Derecho y en el respeto a la persona, esperamos la libertad inmediata de Keiko Fujimori!