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A mis compañeros del APRA

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Fecha Publicación: 22/12/2024 - 22:10
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El Partido de Haya de la Torre se encuentra en proceso de rearme y consolidación, a pesar de unas pocas voluntades que lo quieren anclar al pasado y que no aceptan que su tiempo ya pasó. La gran militancia, a lo largo y ancho del país, está construyendo con esfuerzo y sacrificio un nuevo escenario político interno, en donde los voceros de los próximos años serán nuevos rostros, libres de compromisos mercantiles, cuestionamientos éticos o desesperación por congraciarse con el Gobierno de turno. En cada una de las 50 provincias que he visitado en este último año, he encontrado que la idea de la “renovación” avanza, con compañeros precandidatos a diputados, a alcaldes y a gobernadores regionales con gran prestigio personal.
Pero hay que decir que, más allá del escenario puramente electoral, en donde se elegirán democráticamente a los candidatos a la plancha presidencial y a las candidaturas a senadores y diputados, el aprismo debe seguir afirmando su despertar en todos los campos de la acción política. Ese es el trabajo que, a través de Diario Expreso, le planteo a los dirigentes regionales y provinciales del APRA en todo el Perú y a los nuevos líderes que están irrumpiendo. Los procesos electorales de 2026 –abril y octubre– deben ayudarnos a reconstruir un partido organizado y fuerte.
El aprismo debe seguir activándose y debe hacerlo en cuatro dimensiones: conceptual, programática, organizacional y comunicacional. No solo buscaremos la llegada al poder parlamentario o ejecutivo, sino que debemos apuntar a ser un actor social permanente e importante los próximos 30 años, cuando menos. Por tanto, debemos trabajar en los centros de construcción de pensamiento –escuelas, institutos y universidades– ahora que la izquierda marxista está golpeada por sus errores gigantescos en los últimos años. Relanzar nuestra organización alrededor del Magisterio (ANTAE) y los comandos universitarios (CUAs), que construyan redes de estudiantes, profesores y administrativos. Esos espacios deben ser la fuente de nuevas juventudes que se adhieran a nuestras filas.
El debate ideológico no debe ser lo único, sino que el mismo debe generar equipos de trabajo que potencien la construcción programática-social de un “nuevo programa mínimo para la justicia social”, lo que nuestro equipo ha llamado “La Agenda Social”. Es decir, posiciones claras de cambio en diversos sectores, sobre todo en los relacionados a lo productivo-económico popular. No hay futuro sin un nuevo discurso programático.
En lo organizacional, insto a los líderes regionales y provinciales a aumentar la cantidad de comités provinciales activos y, a estos, los comités distritales. El aprismo debe tener presencia política en al menos los 5/8 del territorio nacional en el orden provincial y distrital. El despliegue creciente del partido debe acelerarse para cubrir la mayor cantidad de circunscripciones.
Finalmente, en lo comunicacional, es momento de que las posiciones novedosas y los liderazgos emergentes del aprismo pasen a una acción más sincronizada y audaz en los medios digitales, además de seguir penetrando los medios tradicionales. Esto a todo nivel. La única forma de que la sociedad nos vea como opción es si identifica gente nueva liderando la estrella.
Este trabajo por el relanzamiento intergeneracional del PAP debe tener su escenario en la realización de un Congreso Nacional, en donde se renueven sus autoridades administrativas y políticas. También, lógicamente, en los eventos en donde se elijan a nuestros candidatos. En esto, quizás no haya posibilidad de entendimientos con aquellos que solo quieren “unidad” si ellos van adelante. La renovación, la moralización y la democratización deben ser totales.

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