Mirando hacia el futuro
Taiwán representa un sorprendente éxito económico que logró transformar una economía de subsistencia a una altamente tecnológica, en tan solo dos generaciones. ¿Cómo lo ha logrado? Lo logró gracias a la combinación de tecnología y una visión de futuro compartida por todos sus ciudadanos.
En Taiwán, los empresarios no solo invierten en tecnología, sino también en su desarrollo e investigación. Por ejemplo, utilizan drones para supervisar las hectáreas sembradas, no solo para monitorear los cambios climáticos que puedan afectar las cosechas, sino también para analizar posibles amenazas de plagas. Una vez detectadas, estas plagas se eliminan mediante inteligencia artificial generativa. Este enfoque asegura una menor disminución en la producción agrícola y una mayor calidad de los productos.
El Estado taiwanés también ofrece un ejemplo a seguir, ya que ha realizado inversiones significativas en la implementación de un “Smart City”. A través de esta iniciativa, se sancionan rápidamente las infracciones de tránsito, como ignorar la luz roja o que un peatón se encuentre en zonas peligrosas. El servicio público de autobuses funciona con electricidad para disminuir la contaminación, y por ello los ingenieros taiwaneses han desarrollado un sistema de carga rápida que toma solo 15 minutos para las unidades que ingresan al servicio.
La Universidad Nacional de Ciencia y Tecnología de Taipéi se ha convertido en un destacado centro de innovación e incubación de nuevas empresas. Cumple un papel esencial no solo su investigación teórica, sino también en la práctica y en la adaptación de soluciones al mercado. Enfocados en la transformación digital, la IA o la biotecnología, los emprendedores a consolidan sus negocios, contribuyendo así al crecimiento económico.
¿Por qué debería importarle a Perú, un país geográficamente distante como Taiwán? La razón es clara: el modelo taiwanés funciona. El éxito de Taiwán inició con una apuesta valiente: el Estado otorgó subvenciones para establecer fábricas de semiconductores. Esta inversión sembró la innovación, estimulando un ecosistema que beneficia a la población. La formación de personas y el fomento de comunidades de investigadores y desarrolladores son fundamentales en este logro.
Hoy, Taiwán es el epicentro del mercado mundial de semiconductores, y desempeña un papel geopolítico significativo en una economía global altamente dependiente de la tecnología. Los chips son fundamentales para el desarrollo de la Internet de las Cosas, la Inteligencia Artificial y la IA generativa.
Este progreso ha llevado a Taiwán a tener una población con altos ingresos y un apetito por productos de alta calidad, incluyendo una mayoría de vegetarianos que consumen frutas y verduras de primera calidad, como las producidas en Perú. Esto representa una gran oportunidad comercial para Perú, como se ha demostrado con éxito en las exportaciones de arándanos.
Taiwán combina la democracia, el libre mercado y la innovación tecnológica. Este pequeño país es un ejemplo sólido de que es posible soñar con un futuro y materializarlo. Su historia económica y tecnológica exitosa debe servir como inspiración para naciones como Perú y otras que buscan su propio camino hacia un futuro próspero.
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