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Mienten por comodidad en el cuento de las hadas

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Fecha Publicación: 05/01/2024 - 21:30
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Por falta de transparencia en algunas decisiones” justificó su renuncia el ministro Contreras, desmentida nueve horas después y tras reunirse con la presidenta. Ahora, el debilitado Contreras simboliza incertidumbre, tanto dentro como fuera del país, debido a la inútil reunión de Boluarte con los exministros Carranza y Arista. El premier pudo liderar un cambio ministerial, pero optó por anunciar su labor exhaustiva en el Plan Unidos en redes sociales. ¿Es esto lealtad o un simple faroleo en el póquer de la cartera de economía?

Para nuestros gobernantes la recesión económica que sufrimos, la falta de efectividad en sus medidas de urgencia para combatir la criminalidad del Tren de Aragua, el brote del dengue y otros problemas, ha sido algo natural. Para ellos no es su responsabilidad, es más bien la consecuencia del impecable trabajo de las fuerzas del destino que jugaron en su contra. Desde su visión fatalista y estoica, nunca se equivocaron, tanto es así que Boluarte aseguró hace unos días que su gobierno está “enmendando” los “errores” cometidos durante 2023.

En la política, la tibieza es similar a la resignación, donde los líderes asumen que nada puede mejorar sin su intervención y, por lo tanto, no toman medidas decisivas. Nuestro gobierno encuentra encanto en nuestra monotonía y repetición de errores, reflejando claramente su preferencia por la estabilidad de su permanencia antes de abandonar su zona de confort. Quizá por cierta cercanía al filósofo Villanueva, creen en la tendencia mágica de que en Perú todo se soluciona con la rigidez de las leyes, que permitieron destituir a la Fiscal de la Nación solo con una resolución express, sin peritajes, ni las garantías del debido proceso.

Lo cierto es que con una desaprobación tan alta del gobierno, este intenta sumergirnos en su sensación infantil y nos pide ser parte de un “Cuento de Hadas”, en el que todo reside en el poder de un ‘sí’ en el tono de sus afirmaciones: “Usted vivirá en Palacio en 2024, si promete enmendar los errores de 2023”, “Usted seguirá siendo ministro, si se siente cómodo en el cargo”, “Usted sobrevivirá feliz al lado de la presidenta, si dice las palabras ‘Plan Unidos’”. Lo maravilloso para ellos y lo terrible para los demás dependerá de su condición o prohibición. Se olvidan por completo de que sobrevivieron a una insurrección, algo improbable en los cuentos de hadas. Cuando la gente descubre que el gobierno les miente, demuestra su insatisfacción. Si eso no sucede, demuestra que la sociedad no valora lo suficiente la verdad para exigir un adelanto de elecciones. Esto es normal porque hay un costo que se llama Salas Arenas, presidente del Jurado Nacional de Elecciones, otro sinónimo de inestabilidad, quien se ha resistido a renunciar a cambio de restar la transparencia de los procesos electorales en el país.

En la actualidad, deberíamos ser capaces de sorprendernos, como lo hacemos en otras facetas que nos enorgullecen, como la gastronomía, deportes y más. Los cuentos de hadas fueron escritos para poder apreciar y cuestionar aspectos de nuestra vida cotidiana, y no para fortalecer malas prácticas. Debemos lograr que los actuales personajes del gobierno se comprometan a lograr cambios positivos, bajo ciertas condiciones: A la presidenta “Usted vivirá en Palacio hasta 2026, si convoca a PCM a un líder auténtico, íntegro y responsable”; al Premier, “Usted vivirá como Embajador en un país con amigas y amigos de su agrado, si renuncia al premierato”; al Ministro de Economía, “Usted no entendió que otorongo no come otorongo, pero sí come carne”, el banquete está servido en el Congreso.

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