Metodologías paralíticas
El Estado es el comprador más grande de productos médicos, por eso debe tener controles robustos y personal que además de honesto sea preparado, a fin de asegurar compras eficientes que puedan satisfacer a la población en momentos tan vulnerables como son las enfermedades.
No podemos estar tranquilos mientras vemos que en los últimos años el promedio de postores que participan en una licitación en el Perú es de 1.5, es decir, en muchos casos solo hay un único postor, por lo que no necesariamente representa lo mejor que hay en el mercado.
Cada sector tiene sus particularidades y entre los productos del sector salud tenemos dos grupos: el de medicamentos y el de dispositivos médicos. En este último se encuentran los instrumentos o equipos que se usan para prevenir, diagnosticar o tratar la enfermedad, como, por ejemplo, implantes, clips para cerrar vasos, apósitos y tomógrafos, entre otros.
Para que las compras sean transparentes los requisitos deben ser objetivos. En el espíritu de colaborar es importante señalar que existe un requisito en las compras de dispositivos médicos de
EsSalud y del Ministerio de Salud que no es objetivo y se presta a discrecionalidad y sabemos que la discrecionalidad puede crear espacios de ineficiencia y corrupción. Esta exigencia se llama “metodologías analíticas” o como les decimos en el sector “metodologías paralíticas” porque muchas veces es la causa de paralizar el proceso de compra.
La metodología analítica es una exigencia muy bien aplicada para medicamentos, pero es un error para dispositivos médicos pues en este caso los fabricantes en su mayoría tienen metodologías analíticas propias consideradas secreto industrial o patentadas y no existen laboratorios en el Perú que puedan probar todas las metodologías que se presentan en las licitaciones, ni para la evaluación, ni para el proveedor si tiene algún reclamo. Adicionalmente, los costos de realizar las pruebas que se pueden hacer incrementan los precios finales de venta al Estado, al nivel de carecer de sentido hacerlas. Recordemos que todos estos productos son aprobados antes de su comercialización por Digemid, por lo que no debería existir ningún riesgo de salud para descalificar al producto.
Por eso tenemos que exigir requisitos objetivos para las compras. Es necesario considerar requisitos estandarizados para los productos, valorando las certificaciones internacionales mundialmente aceptadas. Por ejemplo, si un producto cuenta con un certificado de gobierno extranjero como FDA (Food and Drug Administration) o CE (Comunidad Europea), ¿tendría sentido descalificarlo? No, pues. Lo aceptable es que manejemos niveles de calificación por calidad de producto, basado en certificados concretos y no en “metodologías paralíticas”. Esto ayudará sin duda a que más pacientes logren tener el acceso que merecen, si es que este es realmente el objetivo final.
@sandrostapleton