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¿Meseta o cordillera?

Fecha Publicación: 30/05/2020 - 21:10
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A tres meses de “cuarentena” por el Covid-19 en nuestro país, el gobierno nos ha dicho que hemos llegado a la “meseta”, en referencia a que desde el punto de vista estadístico, la curva de la pandemia estaría estabilizándose para empezar a bajar en cualquier momento. Pero la verdad es que los casos alcanzan picos muy altos, descienden y vuelven a subir, lo cual se parece más a la imagen de una “cordillera”, como explicó Luis Benavente, director de la empresa Vox Populi.

Esta situación tan dramática que estamos atravesando, hace tiempo que está “politizándose”, de manera que los mensajes que con tanta frecuencia se emiten desde Palacio de Gobierno, e inevitablemente recuerdan al “Aló Presidente” de Hugo Chávez, se están convirtiendo en un “trabalenguas” que después, necesariamente, se traducen y explican desde distintos frentes; por la sencilla razón que siempre están buscando adaptarse a la “temperatura” de las encuestas.

Los gobiernos populistas son como los enamorados donjuanescos, porque se creen capaces de engañar y embelesar con florituras hasta una estatua de mármol, más aún cuando se acompañan de corifeos mediáticos, especialistas en el mal arte de la manipulación y, además, cuentan con un público distraído y desinformado.

Preocupados como están por buscar el apoyo para su gestión, estos gobiernos se enfocan en el resultado de las encuestas -porque al procurarse un Parlamento débil y unos grupos mediáticos, mayoritariamente a su servicio- miden la validez de sus acciones con el metro de las compañías encuestadoras, casi todas hábiles para acariciar el ego de los populistas, hasta que se crean ellos mismos sus propios bulos.

Si los gobiernos populistas, en cualquier momento y circunstancia, causan daño a los pueblos, porque se ocupan solo del corto plazo e inflar globos; mucho más lo producen en tiempos de profundas crisis, como es el caso de esta pandemia. Los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad sin ambages para saber a qué atenerse y tomar las mejores decisiones.

No se puede recurrir al maquillaje ni a la mentira, en ningún momento; pero menos aún, cuando es necesario que el ciudadano sepa con claridad, cuales son las cifras y las tendencias de esta pandemia global. La mentira tiene “patas cortas” y cuando se descubre que los líderes mienten, el resultado es la pérdida de confianza.

Distintas son las causas del comportamiento laxo de muchos peruanos ante la pandemia, pero una de ellas es la falta de credibilidad en la palabra de quienes gobiernan; porque si notan que se dan marchas y contramarchas, que se habla en trabalenguas, y se dicen y desdicen, el resultado es que se actúa de manera caótica.

Bien dice el refrán que “para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”. Es por eso que el Gobierno debe preocuparse mucho menos por el resultado de las encuestas que retratan el ánimo pasajero de la gente, y enfocarse en informar con cuadros estadísticos, con variables más reales, que reflejen mejor la situación de la crisis sanitaria.

Muy distinto es el mensaje de la presidenta del Comando Covid-19, Pilar Mazzeti, quien con mesura y prudencia, desnuda el mensaje de todo abaje para mostrar la realidad de la pandemia como es: los contagios aumentan, los fallecimientos también, las camas faltan, no hay suficiente oxígeno, ni medicinas, ni respiradores mecánicos; por tanto, los peruanos estamos sufriendo la escasez de la atención médica y la incertidumbre de una cordillera estadística, más que de una meseta.

La verdad no hace mal a nadie. Más bien nos solidariza con quienes necesitan nuestra ayuda.

Profesora CENTRUM PUCP