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Mensaje al Congreso: o vacas o eres disuelto

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Fecha Publicación: 30/11/2022 - 23:10
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Un monarca francés antes de la revolución dijo al momento de morir “después de mí el diluvio”. No podría afirmar categóricamente que el diluvio es lo que se viene al Perú en estos momentos, pero sí tenemos una crisis política a punto de estallar por el empeño del todavía presidente Pedro Castillo Terrones, de disolver el Congreso inconstitucionalmente. Ha ocurrido lo que muchos temíamos, que el Gobierno utilizó a la misión de la OEA como una maniobra distractiva de su objetivo real: disolver el Congreso y asumir el poder absoluto.

Para ello ha utilizado como principal marioneta al expresidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres Vásquez, quien presentó una espuria cuestión de confianza sobre una materia ajena al ámbito del Ejecutivo, un proyecto de ley mediante el cual se quería derogar una anterior disposición legal que fija las materias para plantear una cuestión de confianza. Es evidente que la derogatoria de una ley constituye una prerrogativa exclusiva y excluyente del Congreso, al margen de que el Ejecutivo presente un proyecto con o sin carácter de urgencia, que debe seguir el trámite dispuesto por el Reglamento del Congreso, a menos que se quiera convertir al poder Legislativo en un mero apéndice del Ejecutivo. Cualquier estudiante de derecho que lee la Constitución vigente y tiene algunas nociones sobre la constitución histórica del Perú, sabe que esa maniobra es una tremenda falsedad que atenta contra nuestro régimen democrático.

Sin embargo, el presidente Pedro Castillo Terrones, mal aconsejado por el ex PCM Aníbal Torres Vásquez, está empeñado en seguir ese derrotero. Como parte de su malsana táctica ha designado como nueva PCM a la congresista Betssy Chávez, a quien el Congreso censuró como ministra de Trabajo. Eso por sí solo implica un desafío al Congreso. Al margen de ello, también ha designado al ex PCM Aníbal Torres Vásquez como su asesor principal, lo que constituye una contradicción flagrante en la posición del Gobierno. En efecto, si desde el punto de vista del nuevo Consejo de Ministros, el anterior gabinete fue censurado por el Congreso, ¿cómo nombra a su extitular consejero político rentado del actual?

Sin duda alguna esa conducta refleja una grave contradicción, pero debemos tener en cuenta que Pedro Castillo Terrones no es muy aficionado a las sutilezas lógicas y jurídicas. Su objetivo es muy simple y podría decirse que jamás lo ha ocultado: quiere doblegar al Congreso para tener una nueva elección legislativa, en la que él y sus partidarios obtengan la mayoría absoluta. En estos momentos lo que está en juego es el poder total entendido como un botín para que Castillo y sus acompañantes se enriquezcan a costa de la nación peruana.

En estas circunstancias, ¿qué debe hacer el Congreso? La respuesta es muy sencilla: o lo vaca a Pedro Castillo por incapacidad moral permanente, respecto de la cual hay una señal evidente, o el Congreso será disuelto sin pena ni gloria. Hemos llegado, por consiguiente, a una situación crucial: o vacas o eres disuelto. La palabra la tiene el Congreso.

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