Mayor conciencia y menor impacto ambiental

Esta columna coincide con el Día del Medioambiente porque cada 5 de junio se habla y escribe para que la humanidad reconozca que sus actividades vienen desgastando al planeta.
Aunque este día se busca sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de proteger el planeta y sus recursos naturales, impulsando la conciencia y la acción global para el cuidado del medioambiente, los problemas ambientales siguen creciendo, al igual que sus consecuencias.
Principalmente, la contaminación del agua es un problema que muchos países intentan solucionar, como Suiza, Israel y Singapur. En el caso de Suiza, se tiene que a la fecha trata sus aguas residuales en un 98 %, por lo cual brinda una mejor calidad de vida para sus habitantes y el ecosistema. La inversión que realiza este país es de 191 euros por habitante para purificar el agua. También, desde 2016, intensificó sus esfuerzos para tratar el agua de los residuos de medicamentos y productos farmacéuticos.
En cuanto a la deforestación, según el Foro Económico Mundial, varios países hacen esfuerzos para revertirla mediante la creación de parques nacionales o programas de protección de bosques. En esta lista destaca Noruega, que evita comprar o usar productos, en su cadena de suministro, que contribuyan a la tala de árboles.
Estas prácticas son ejemplos de países que buscan cuidar su entorno y, con ello, asegurar un mejor planeta para vivir.
El Día del Medioambiente tiene por objetivo que las personas se sientan involucradas en promover, proteger y restaurar los ecosistemas, así como adoptar prácticas sostenibles. Y un primer paso para que el ciudadano, junto a los gobiernos, se involucre es aumentando su comprensión de estos problemas ambientales y fomentando las acciones colectivas.
De esa forma, individuos, comunidades y gobiernos pueden establecer medidas para proteger el planeta: reduciendo las emisiones, usando energías renovables, conservando la biodiversidad y adoptando hábitos sostenibles.
Quizás sigan existiendo problemas como la alta urbanización, la agricultura y ganadería intensivas, el calentamiento global, la desertificación, pero si empezamos desde ahora con siquiera una iniciativa y estrategia innovadora para abordar los desafíos ambientales, habremos abierto el camino a un cambio.
Otras acciones solo necesitan de nuestro tiempo y voluntad, como ahorrar agua al bañarnos, lavarnos los dientes o regar el jardín; desenchufar los dispositivos que no se utilizan y usar focos de bajo consumo; moderar el uso de la calefacción y del aire acondicionado; evitar el uso de plástico y comprar productos al peso o a granel; reciclar y separar la basura; usar medios de transporte más sostenibles.
Cada pequeña acción suma.

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