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Matteo Zuppi

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Fecha Publicación: 29/04/2025 - 22:30
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Es el presidente de los obispos italianos y tiene el carácter manso y humilde del papa Francisco. Arzobispo actual de Bologna, solía recurrir su diócesis en bicicleta. Estudio la ciencia de las palabras-filología- y prologó un libro sobre la atención que debe la Iglesia a los homosexuales. Es un diplomático caracterizado pero que está lejos del boato y la retórica de este oficio. Por ello, en 1990 y en el silencioso nombre de su Iglesia, logró que el gobierno de Mozambique y los movimientos rebeldes de ese país entablaran negociaciones tras 15 años de guerra civil, y que en 1992 firmaran la paz. Lo mismo hizo en los procesos de paz en Guatemala y Burundi.
Para él la guerra no es la guerra. Por eso en 2017 fue testigo del acto en el que representantes de ETA, la organización terrorista vasca española, entregaron las armas, gesto que enardeció a los obispos españoles. Desde el 2023 llevaba adelante el fatigoso empeño de promover acuerdos humanitarios específicos entre la Rusia de Putín y la Ucrania de Zelenski.
Francisco ha marcado el derrotero de la Iglesia Católica del siglo XXI. El dilema histórico eclesial que ha planteado su muerte es continuidad, pausa o cambio. La conformación del colegio cardenalicio con sus tendencias que recogen la realidad de la iglesia, y el hecho de que la mayoría de los electores del nuevo Papa haya sido nombrados por Francisco imponen, creo, unir dos elementos de ese dilema: continuidad con cambios o pausa con cambios. Cualquiera de estas dos alternativas debe salir adelante con la elección del nuevo Papa.
¿Quién puede continuar el legado de Francisco, pero sopesando el entorno eclesial para no propiciar un cisma? Hay varios cardenales que podrían hacerlo, además de Matteo Zuppi: Pietro Parolin, el actual secretario de Estado; Luis Tagle, el filipino; Pier Pizzaballa, el arzobispo de Jerusalén; Peter Erdó, de Hungría; Fridolín Ambondo, del Congo; Fernandez Altime de España… Todos ellos frisan los 70 años, la edad ideal para un pontificado no demasiado largo, salvo Pizzaballa que tiene 60.
Creo que los llamados conservadores no tienen posibilidad de imponer a uno de los suyos, pero sí decidirán al nuevo obispo de Roma, habida cuenta de que en todos los escrutinios se necesitará que el nuevo Papa alcance los dos tercios de la votación. Un elemento importante: hace 47 años que no es elegido un cardenal italiano y esta vez parece que le ha llegado su momento por su peso histórico.
Matteo Zuppi es italiano, 69 años, pastor, diplomático, carismático, renovador, sinodalista…tal vez la figura que la Iglesia Católica, en profunda crisis de fe y de seguidores, necesita hoy. Pero no olvidemos el famoso dicho: Quien entra al Cónclave como Papa, sale cardenal.

Jorge.alania@gmail.com

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