Más ciudadanía
Nos quejamos de la corrupción, de la incapacidad de nuestras autoridades y cuando se vuelve insostenible, creemos que un proceso de vacancia o elecciones generales pondrá punto final a la ingobernabilidad. Creemos que eligiendo nuevas autoridades se acabará la inestabilidad política. ¿Así es en la realidad?
En las próximas elecciones regionales y municipales, 86 candidatos para gobernador y vicegobernador se presentan a las elecciones procesados por corrupción en los cargos que ocuparon en anteriores gestiones. Solo en Junín, un aspirante al sillón de gobernador cuenta con 19 procesos por malversación, negociación incompatible, entre otros.
Según data de la Procuraduría Anticorrupción y de la Defensoría del Pueblo entre las regiones más asoladas por la corrupción de funcionarios son Loreto, Madre de Dios, Junín, Áncash, Pasco, Amazonas y Tumbes. A la fecha, y vencido el plazo para presentar la Declaración Jurada de Intereses, el 86% de los candidatos ha incumplido con presentarla.
Esta es parte de la “oferta electoral” para los ciudadanos en las próximas elecciones.Si bien es cierto, resulta urgente que el Congreso incluya candados legales en la normas electorales para no permitir este tipo de postulaciones, del otro lado de la moneda estamos nosotros, los ciudadanos.
Al parecer, nos hemos olvidado de la importancia que tiene nuestra participación activa, antes y después de un proceso electoral. La Carta Democrática Interamericana señala a la participación ciudadana como “una condición necesaria para el pleno y efectivo ejercicio de la democracia”. Los ciudadanos no solo participamos con nuestro voto, también tenemos el derecho de ejercer control ciudadano sobre la gestión de las autoridades.
Despertemos de nuestro letargo, terminemos con nuestra desidia. Rompamos con la nociva costumbre de elegir a nuestro candidato en la cola de votación. Un voto informado es un voto responsable. Es importante conocer al candidato, acceder a su formación y antecedentes así como su declaración jurada de intereses. Esta es información pública que consta en los portales web tanto del Jurado Nacional de Elecciones como de la Contraloría General de la República.
Pero no queda ahí. Fiscalizar la labor de las autoridades y funcionarios una vez en el cargo también es nuestra responsabilidad. La rendición de cuentas, referéndum, la veeduría ciudadana, las juntas vecinales, presupuesto participativo, ventanas virtuales de transparencia, entre otros, son mecanismos e instrumentos de participación y de gestión que permiten a los ciudadanos, de forma individual u organizada, ejercer el control ciudadano y a las instituciones transparentar su gestión.
Y por último, tenemos que involucrarnos en política, ser parte de esa ciudadanía activa que contribuya a mejorar la oferta electoral de los partidos políticos. Aspirar a una candidatura, siendo conscientes de nuestra capacidad, experiencia e idoneidad ética y moral. Si queremos limpiar la política de la corrupción debemos ser parte del cambio. Y serlo, implica responsabilidad y compromiso.