Manipulación y campaña política
Para quienes aún no lo han percibido, la campaña política prosigue no solo en función al corto plazo existente para las elecciones generales, sino también en razón a las vallas establecidas por la reforma pergeñada por la comisión que presidió Tuesta Soldevilla.
Por lo pronto, el Registro de Organizaciones Políticas (ROP) ya ha notificado a los partidos políticos que deben adecuarse a la nueva norma por la cual todos deben tener un mínimo de 24,800 afiliados, igual que los que están en proceso de inscripción, aun cuando se hubieran registrado en el ROP con un número mucho mayor de adherentes.
En ese contexto, sigue plenamente vigente en esa ley -la 30995- la omisión que abre el camino para la inmediata inscripción del Movadef con 24,800 afiliados al haberse eliminado la disposición por la cual se prohibía el registro en el ROP de organizaciones políticas contrarias a la Constitución y al sistema democrático.
Pero, además, se vienen las elecciones primarias previstas para el mes de octubre que son un calco del llamado PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias) argentinas y en las que los partidos políticos deberán obtener no menos del 1.5 % para poder participar en los comicios del 2021: otra valla contradictoria inventada por la comisión que presidió Tuesta en la medida en que, por un lado, ahora un partido se inscribe con 24,800 afiliados y no cerca de 800 mil adherentes como antes pero, en cambio, debe obtener de inmediato ese 1.5 % de votos para no quedarse sin inscripción.
El propósito de esos dispositivos no está claro no solo por la evidente contradicción que acabo de exponer sino también porque se mantiene en toda la normativa farragosa y manipuladora que hoy regula la política peruana una suerte de democracia plutocrática que es fruto de la corrupción sistémica que sigue corroyendo a nuestra sociedad y que, en forma descarnada e impune, sigue manipulando medios y conciencias.
Sería interesante, por ejemplo, que a las ongs caviares del grupo que integra Tuesta Soldevilla se les obligue no solo a rendir cuentas transparentes -como apropiadamente se hace con los partidos políticos- sino también a tener un número importante de integrantes (¿24,800?): al fin y al cabo son lobbies poderosos con importantes redes de poder mediático y político que deberían tener respaldo popular oficial (sobre esta propuesta seguramente van a poner el grito en el cielo).
Al final de cuentas, seguimos en campaña en un contexto mal diseñado y, repito, manipulado y que requiere de un sistema de control externo eficiente y autónomo para el voto electrónico, ya eliminado en Holanda.
(*) Presidente de Perú Nación