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Los Villapapeles de Rosella Di Paolo

Fecha Publicación: 03/08/2024 - 20:40
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Cuando, en 2020, obtuvo el Premio Casa de la Literatura Peruana, el júbilo de sus lectores fue total. “Muy merecido”, fue el comentario unánime de quienes la leemos con el entusiasmo de saber que se trata de una de las voces más importantes de la poesía escrita en español. Yo tenía veinte años cuando marqué su teléfono para pedirle una reunión porque necesitaba su permiso para incluirla en una antología de poesía amorosa peruana del siglo XX.

La poeta me recibió en su casa con esa sonrisa que es la imagen que aparece en mi memoria cuando alguien la menciona. Noble y cordial me autorizó la inclusión de sus poemas. Años después la invité al I FIP Primavera Poética: celebraríamos los 50 años del arca de Arturo Corcuera y ella estuvo allí, acompañándonos en una mesa con Carlos López Degregori, Marco Martos y Sandro Chiri, precisamente en el auditorio de la Casa de la Literatura, posteriormente nos acompañó el 2017 en el Salón General de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en la Casona del Centro Histórico de Lima.

Autora de “Prueba de galera”, “Continuidad de los cuadros”, “Piel alzada”, “Tablillas de San Lázaro” “Cielo a tierra” y “La silla en el mar”, Rosella es una poeta a cuyos textos retorno con frecuencia, su poesía marcó a muchos poetas de mi generación. La forma cómo aborda sus temas, la precisión con la que captura sus imágenes, el modo cómo toca a su lector, es admirable. Su libro, “Poesía reunida 1985-2016”, publicado por el Fondo de Cultura Económica, me devolvió al oficio de chasqui cuando el poeta Alí Calderón me sugirió que quería leerla.

Su antología viajó conmigo a Puebla, fue como transportar un libro sagrado. Acabo de leer “Villapapeles, crónicas, ensayos y cuentos”, su más reciente publicación, editada en la colección Premio Casa de la Literatura Peruana. Las 200 páginas del volumen, son un bello acto de generosidad en el que Rosella Di Paolo comparte no solo sabiduría, sino vida, testimonios que nos confirman porqué la queremos y valoramos. Sus lecturas sobre Blanca Varela, Washington Delgado, Arturo Corcuera, Carmen Ollé, José Watanabe y Patricia De Souza, son muy recomendables.

Conmovedores, sus recuerdos de Antonio Cisneros y Eduardo Chirinos. Celebro la aparición de esta obra, un documento fundamental como registro físico de una institución que ha entendido que la mayor forma de celebrar a un escritor es leyéndolo, es decir, publicándolo. El libro está en la FIL, en el stand de la CASLIT.

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