Los «socios» de la ONG IDEA
EXPRESO informaba ayer que el inefable mandamás de la ONG IDEA Internacional en el Perú, Percy Medina, justifica el convenio –superior a siete millones de dólares– que ha suscrito con una de las agencias estatales de Estados Unidos, lo que incluye pagos a medios de comunicación (solo a aquellos que critican el proyecto de ley sobre ONG, que está impulsando el Congreso del Perú), que aparentan ser independientes. De tal forma, aparenta no interesarle que los medios acepten un soborno de capitales foráneos, y Medina los califica como lo que son: “nuestros socios”. “Hubo preocupación particular porque la polarización se había agudizado y no aprecian espacios plurales de encuentro y diálogo para facilitar puntos en común para enfrentar las diferentes crisis: la política, la económica, la de valores democráticos”, fue la explicación que dio dicha ONG.
Según encuesta revelada por Medina, el Perú es el país regional con mayor porcentaje de personas que incluso apoyarían un golpe de Estado para frenar la corrupción. Además de ser “el país con baja confianza interpersonal y reducido apoyo a la democracia”. Todas estas revelaciones fueron contadas por Medina a manera de justificación. A decir de ese personaje, “una situación de riesgo para la vida democrática en tiempos de inestabilidad política”. Claro. Ese es el prototipo de una negociación bajo la mesa, como practican las ONG, como manera clara de interferir en la política –indirectamente, a través de terceros– para imponernos las medidas radicales que siguen emanando de su interminable fábrica de ideologías caviares, distribuidas –pero sobre todo impuestas– a países carentes de un Estado con la cabeza pensante y los pies en la tierra.
Desde que Medina se quedó sin lengua, dimos la voz de alerta cuando dijo: “Nuestros socios de los medios de comunicación son una minoría entre las diversas instituciones con las que trabajamos, y las actividades con ellos se dirigen sobre todo a fomentar el diálogo y la educación en valores ciudadanos. También a apoyar la lucha contra la desinformación”. Sí, claro. Salió con aquella clásica excusa caviar, usada para desviar la verdad a su favor y sobre las demás asignaciones, Medina “garantiza” que esos US$ 2’794,039 se distribuyen entre los 17 socios del proyecto, que incluyen a conocidos medios de prensa como El Comercio, La República, canales 2, 4, 5, 8 y 9, “para orientar al ciudadano y fomentar espacios de diálogo en las universidades, organizaciones de la sociedad civil, así como las iglesias, empresarios” y “autoridades”.
Pero, ¿qué independencia pueden exhibir aquellos medios, si reciben una subvención en duro del Tío Sam destinada, exclusivamente, a resguardar –y a acrecentar– las operaciones en el Perú de aquellas ONG financiadas con el dinero muy opaco de “donantes anónimos”? Pero también exonerándolas de toda clase de impuestos, en un país pobre como el nuestro. Finalmente, como justificación, al vérsele el fustán que orgulloso exhibía Medina, comentó muy orondo: “Nosotros, por supuesto, no tenemos alguna injerencia en sus líneas editoriales”. ¡Este oenegero se las sabe todas! Pero mejor, a otro perro con ese hueso, señor Medina.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.