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Los sanguinarios métodos de extorsión venezolanos

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Fecha Publicación: 22/06/2025 - 21:10
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El 15 de septiembre del 2023, en el atribulado distrito de San Juan de Lurigancho, se lanzó una granada dentro de una discoteca. El ataque dejó 15 personas heridas. El país pudo observar cómo suben a nuestro barco una sarta de técnicas sanguinarias traídas directamente desde Venezuela. Son técnicas delincuenciales sanguinarias que destruyeron al país caribeño y ahora se encuentran en el nuestro.
El uso de granadas por parte de extorsionadores extranjeros, en especial venezolanos, en países como Chile, pero con más agresividad y constancia en nuestro Perú, coincide —sin ninguna duda— con el crecimiento de la migración ilegal, descontrolada y criminal venezolana en todo el continente. Grupos criminales como el Tren de Aragua se han expandido, armado franquicias y llevado métodos sanguinarios que empleaban en Venezuela a los países vecinos, y de esta manera destruir nuestras vidas.
El uso de granadas como método extorsivo en Venezuela se generalizó por primera vez en el estado Zulia, en la frontera con Colombia. Entre 2020 y junio de 2023, se utilizaron granadas en 44 ataques o amenazas, lo que representa el 60 % de este tipo de ataques en dicho país. Sin embargo, el uso de granadas en asesinatos y extorsiones se inició en el 2013. Este incremento en el uso de esta arma letal coincide con el aumento en la tasa de homicidios en Venezuela: en el 2017 se registraron 26 616 personas asesinadas en el país madurista.
Ahora bien, resulta que nuestro culinario país ha sido el principal destino en Latinoamérica de estos grupos asesinos y extorsionadores. Las granadas se han convertido en el arma preferida de estas bandas de extorsionadores venezolanos; ahora peruanos y colombianos. Es común ver noticias sobre cuerpos descuartizados, personas torturadas, dedos cortados para robar las cuentas de banco por aplicación, disparos dentro de una pollería, tienda, peluquería o de un club nocturno repleto de clientes para imponer el miedo; o disparos a matar a una mujer o varón en plena calle y a vista de todos.
Un ejemplo más: en Colombia, en octubre del 2020, dentro de un bus público y a plena luz del día, tres venezolanos asesinaron a un trabajador colombiano, Oswaldo Muñoz, solo para robarle el celular. ¿Cómo lo asesinaron? Con cuchillazos en la cara. ¿Y los peruanos? Ni cortos ni perezosos, los delincuentes nacionales han adoptado, aprendido y practicado muchos de estos métodos de intimidación por el miedo que pueden despertar. El delito de extorsión nunca había sido tan comentado en nuestro país antes del 2019. Existía, por supuesto; pero no había generado el estado de miedo y desprotección en todo un país en solo tres años. Toda América Latina está viviendo el mismo fenómeno migratorio delincuencial, y el factor que se repite y resalta es el de los extorsionadores venezolanos y sus métodos.

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