Los rostros de la corrupción en EsSalud
Haciendo reminiscencia de los años vividos en los hospitales de la seguridad social, tuve la oportunidad de conocer al senador Guevara, médico del hospital Rebagliati y siete veces presidente de ese importante Cuerpo Médico. En una oportunidad, conversando sobre la corrupción, manifestó que, además de la gran corrupción, existe el “robo hormiga”, aquella sobrevaluación en la compra de un lapicero o una jeringa, que, multiplicada por centenas o miles, resulta también ser un robo a gran escala. Esta aguda observación sirvió para concluir que ambas formas de corrupción estarían sucediendo en EsSalud.
La corrupción es multiforme, es pleomórfica. Todo lo que signifique ejecución del gasto en términos de adquisición o inversión en EsSalud arrastraría consigo una posible coima o una sobrevaluación del precio. Durante la actual gestión, el reciente pretendido “faenón” por varias decenas de millones de soles, para la adquisición de suero fisiológico, abortó gracias a la denuncia de la prensa. Este “sistema” funciona para diversos procesos de adquisiciones direccionados; en todos los casos, la ausencia de planificación y previsión es el factor común, creándose el pretexto de la “necesidad”.
Los alquileres, sean estos de locales o de equipos, tienen el mismo modus operandi a nivel nacional: la sobrevaluación. Más de 130 locales, un tercio del total de establecimientos de EsSalud, se encuentran alquilados, pagando 20 mil o 30 mil soles mensuales por local, algunos hasta por más de 20 años. Otros presentan daños en su infraestructura, poniendo en riesgo la vida de asegurados y trabajadores; aun así, se siguen pagando alquileres, que suman decenas de millones de soles al año.
Los alquileres de equipos médicos de toda índole —centrífugas, refrigeradoras, endoscopios, torres de laparoscopía, arco en C y muchos más— significan pérdida de recursos económicos de EsSalud todos los meses. Esto sucede por el deterioro de los equipos propios por falta de mantenimiento, o porque han cumplido su ciclo de vida y no se renuevan por ausencia de planificación en las adquisiciones, omisiones ex profeso.
Las adquisiciones de bienes, equipos y materiales médicos, sobrevaluados o de mala calidad, y las tercerizaciones de servicios son otras constantes de corrupción. Más de 4 mil millones de soles del presupuesto de EsSalud se gastan en tercerizaciones.
En todas estas modalidades hay un evidente interés crematístico de aquellos que prefieren engordar sus bolsillos y no cautelar el uso eficiente y transparente de los recursos de los asegurados. Se ha normalizado la corrupción. Un escritor colombiano decía: “Aquí no hay servidores públicos, esos son cuentos; lo que hay es aprovechadores públicos que se reparten y parrandean los puestos”. Se aplica muy bien a EsSalud.
Por Santiago Vinces Rentería
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