Los políticos no tienen vida privada ni personalísima

Ayer, mientras revisaba los acontecimientos nacionales de la semana en los portales de los medios de comunicación, escuchaba a lo lejos los alegatos de defensa de la abogada de la congresista Rosselli Amuruz. La verdad, no conozco a fondo el caso, pero si me llamó la atención la insistencia de la abogada de separar la naturaleza política y la personal de su defendida.

Los políticos nos representan a los ciudadanos, los votamos nosotros para que cuiden nuestros intereses ante el estado, y como tales deben de tener sumo cuidado con las acciones que puedan agredir los códigos de convivencia, educación y respeto de los votantes.

Los políticos NO TIENEN VIDA PRIVADA. Mientras ejerzan el cargo, son personajes públicos que se deben y trabajan para hacer mejor nuestra comunidad. De ninguna manera para exhibir sus miserias y debilidades. Un político es quien encarna a la persona “ideal” para el desarrollo de nuestro país, para asegurar el futuro de nuestros jóvenes y la tranquilidad de nuestros ancianos a través de sus decisiones, de su sabiduría, de su capacidad para saber distinguir entre lo que es bueno o malo, conveniente o inconveniente, y demostrar un buen criterio para llevar su vida diaria por encima de los estándares de los demás.

Lamentablemente nuestros padres de la patria han perdido la brújula, han bajado al llano, y más que bajado han aterrizado fea y malamente. En este período congresal hemos sido testigos de pleitos de congresistas con jalada de cabellos, excesos alcohólicos hasta perder la razón, bigamia, incumplimiento de la pensión de alimentos a los hijos, extorsión laboral a cambio de favores sexuales, etc.

¿Y quienes son los responsables de esta decadencia? Los partidos políticos son los principales responsables de los candidatos que presentan en las distintas elecciones. No es posible que éstos (los partidos) no tengan ninguna responsabilidad en cuanto a la catadura ética, moral y profesional de cada uno de sus representantes. La preparación y formación política de sus candidatos a puestos públicos es un trabajo obligado que todo partido político debe asegurar a sus votantes, y para lo cual el estado aporta grandes sumas de dinero para que los partidos inviertan en este fin. ¿Cuántos de los partidos que reciben este dinero están preparando a sus partidarios a ser dignos representantes en cada uno de los puestos que vayan a ocupar?

El que aspire a un cargo público debe saber que su vida ya no le pertenece mientras ejerza el cargo, así que mejor que cuide minuciosamente sus actividades y personas que lo rodean fuera y dentro del ámbito político.
Una vez más, los políticos no tienen vida privada ni personalísima.

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