Los peruanos fabricamos nuestra propia miseria

En el Perú hay una caja de recuerdos que almacena frases infelices dichas por sus autores, barnizadas por su imborrable hipocresía se convirtieron en dagas filudas que despellejan sus historias de cinismo, somos un país desmemoriado es importante recordarlas, esos olvidos nos hacen condescendientes con quienes manipularon nuestra confianza y decencia en su favor; ¿Tan difícil es caminar derecho?” - Nadine Heredia, todos sabemos cuánto sarro de su corrupción estuvo camuflada en esa frase “Yo conozco a mis pescados” - Alejandro Toledo, los pescados nunca lo conocieron en su verdadera faceta, el Perú sí.

“Cómo has cambiado pelona, me dijo. Yo le diría: tú no has cambiado pelona, eres la misma”. PPK y su frase profética contra Keiko Fujimori, el mismo PPK bebió su propio cáliz.

“Mi arresto había sido clandestino y mi paradero secreto. Supe entonces que cualquier cosa, aún de las más monstruosas podían suceder” - Gustavo Gorriti, al denunciar su supuesto secuestro, al contrastar su credibilidad de entonces con la de ahora, no cuadra, sigue oliendo a ruda.

“Tengo un compromiso histórico con Víctor Raúl Haya de la Torre. Ya no les fallaré” - Alan García, su muerte no reivindicó su falta de coraje para seguir luchando en el mundo de los vivos, en esta coyuntura su liderazgo político hubiera valido mucho más, ahora, él lo sabe.

“Los políticos tradicionales creen que el Perú es su chacra” - Ollanta Humala, permitió que la “borrachita del poder” convirtiera al Perú en su ciénaga.

“No más pobres en un país rico” - Pedro Castillo, su entorno corrupto y la casa de Sarratea lo sacaron rápidamente de la pobreza y de Palacio y terminó fundido en el Penal Barbadillo

“Ingresa y preguntas por el nombre de Rudy Ramos, eso es para evitar roches. Te quiero” - Martín Vizcarra, el engendro fiu- fiu con su agarre caleta y “extramarital” en Cusco.

“Cuantas muertes más quieren“ - Dina Boluarte, ante una ola de protesta que vivió Lima.

Uno es esclavo de lo que habla y amo de lo que calla, y si no te descubres, cómo podré conocerte; desenmascarar a los falsarios del Perú es enfrentar un problema a escala nacional, nuestro ADN peruano vino con fallas de origen, llegó pervertido.

Entonces, cómo se convirtió el Perú en una fábrica de miseria e indiferencia, una fábula podría explicarlo; “El síndrome de la rana hervida”. Si ponemos una rana en una olla con agua hirviendo, inmediatamente, ésta saltará para salir de ahí, pero si la ponemos en el agua a temperatura ambiente y progresivamente añadimos agua caliente la rana se quedará tranquila. Cuando la temperatura se eleve la rana no hará nada e incluso la pasará muy bien, a medida que la temperatura del agua aumente la rana estará más aturdida y no reaccionará ni estará en condiciones para salir de la olla, nada se lo impide, la rana se quedará allí y morirá hervida.

Esta es la inacción que padecemos los peruanos, somos patéticamente pasivos y gradualmente nos adaptamos a esta realidad, somos un pueblo domesticado, mientras Ecuador arde en caos, delincuencia y anarquía con armas peruanas, nosotros bajamos la mirada para reconciliarnos con nuestro ombligo.

He dicho.

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