¿Los nuevos BRICS serán un contrapeso para Occidente?
En el público enfrentamiento que protagonizan Estados Unidos y China por el liderazgo mundial, en esta oportunidad fue China la que se anotó una victoria al lograr, por unanimidad, ampliar de 5 a 11 los integrantes de los BRICS. Objetivo que perseguía desde hace años y que concretó en la reunión de Sudáfrica.
Lo que impulsaría, a partir de enero de 2024, un mayor liderazgo internacional de China entre los países en vías de desarrollo, que aspira a que los BRICS operen como una suerte de contrapeso de las instituciones que caracterizan el ordenamiento mundial. Por ejemplo, le permitiría reforzar una institucionalidad paralela a las instituciones creadas en Breton Woods (FMI y Grupo del Banco Mundial).
Es importante destacar que la ampliada institución incluye a un buen porcentaje de los productores de materias primas, como, por ejemplo, dos pesos pesados en hidrocarburos, como son Arabia Saudita e Irán. Además China ostenta el primer o segundo lugar como socio comercial del resto de productores importantes de commodities, con contratos a largo plazo con muchos de ellos. Siendo además un inversionista importante en la mayoría de ellos, lo que le daría una influencia adicional.
Entre las sombras hay que mencionar que los BRICS desde su creación no ha sido una institución que se haya caracterizado por su homogeneidad y dinamismo en el cumplimiento de los objetivos trazados. Por ejemplo, uno de sus temas bandera es el deseo de abandonar el dólar, existiendo inclusive una iniciativa de una moneda respaldada por oro que debería de haber sido un tema importante de discusión, lo que no se concretó. Y el Nuevo Banco de Desarrollo, iniciativa rusa empantanada por las sanciones a Rusia.
Asimismo, a diferencia de las instituciones de occidente, la dispersión ideológica es mayor, la que se ampliaría con los nuevos socios. Es así que en la institución ampliada se pueden distinguir dos grupos : los que tiene una posición claramente anti EE.UU. y occidente (China, Rusia, Irán) y los que no la tienen (India, Sudáfrica, Arabia Saudita, Egipto, Emiratos Árabes Unidos).
También en lo que al desempeño económico se refiere a lo largo de su historia, han existido dos grupos claramente diferenciados: aquellos que lograron un crecimiento destacado (China y la India) y los que no lo tuvieron (Brasil, Rusia y Sudáfrica). Lo que acentuó el claro liderazgo chino dentro del grupo.
Es así que fue China el intermediario del reinicio de operaciones de la embajada de Irán en Arabia Saudita, y debe de haber sido el que logró que ambos países se integren al nuevo BRIC. Asimismo, ha impulsado el ingreso de Etiopía, una de las economías de mayor crecimiento de la región, habiéndose anunciado durante la reunión de Sudáfrica que Xi Jing suspendió los pagos de deuda de Etiopía para el 2023 y 2024. Para “compensar” el liderazgo chino, ingresaron Egipto y Emiratos Árabes Unidos, dos países bastante cercanos a la India. Y en el caso de Argentina debe haber sido por la insistencia de Lula.
Aunque en este último caso el candidato que lidera las encuestas para la segunda vuelta de las elecciones de argentina no desearía vinculaciones con “países comunistas”.
En todo caso, veremos cómo se desenvuelven, en la práctica, los BRICS ampliados. Y hasta qué punto las diferencias económicas y de política exterior mencionadas dificultan el proceso de toma de decisiones del grupo.
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