ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Los miedos

Imagen
Fecha Publicación: 03/09/2025 - 22:20
Escucha esta nota

Son sentimientos que anidan en el interior de las personas frente a lo desconocido. Forman parte de la estructura humana. Lo importante es cómo canalizar los miedos. La mejor forma es afrontarlos, no guardarlos, porque paralizan la forma de accionar de las personas, convirtiéndose en una limitación para el desarrollo de la personalidad y adaptación en los diferentes escenarios de la vida. Por ejemplo, el “miedo al fracaso” se manifiesta cuando la persona teme no lograr los objetivos propuestos por diversas razones: no estar preparada, no sentirse competente o sentirse menos que otros. ¿Pero cómo se combate? Preparándote, estudiando, practicando. Automáticamente se instala la seguridad, el sentirse confiado, y esa ansiedad o estrés que invadía desaparece. La vida es un constante reto, y es la única forma de avanzar, salir adelante y madurar.
La “oscuridad” puede tener aspectos positivos, como relajarse, reflexionar, meditar, tomar mejores decisiones. Pero también se vuelve negativa cuando se ha instalado el miedo desde la infancia. Muchas veces, los padres o personas mayores dicen a los niños: “si no obedeces, te haré ingresar al cuarto oscuro”, y esa actitud genera temor que puede persistir hasta la adultez. Conozco casos de personas que no duermen a oscuras, sino con la luz encendida. ¿Qué sucede en su interior? Miedo a que en la oscuridad aparezca un fantasma o un ser desconocido que desea hacerles daño. Incluso este miedo se mantiene estando casados y con hijos. Lamentablemente, los hijos aprenden de los padres y se repite la historia. Frente a ello, hay que trabajar el miedo a la oscuridad, demostrando que son ideas sin contenido real y que lo único que producen es temor, no solo a la hora de dormir, sino frente a cualquier espacio oscuro. A estas personas hay que ayudarlas a superarse por el bien de su salud.
El “miedo a los animales” es muy frecuente. Conozco el caso de un excelente jinete que vivió una experiencia traumática cuando su caballo se desbocó y no pudo detenerlo. Le agarró tanto miedo que nunca más quiso montar. Canalizó su miedo convirtiéndose en instructor, pese a haber estado en terapia. Otro caso es el de un gran nadador que casi se ahogó en el mar. Fue rescatado por una salvavidas y, desde entonces, nunca más nadó en el mar, prefirió hacerlo en piscina.
Algunas personas han sido mordidas por perros al tocar la puerta de una casa. Desde entonces, temen tanto a perros grandes como pequeños. Algunas han superado el trauma, otras no. Todo depende de la sensibilidad de cada quien. El mejor deseo es que puedan superar el incidente y relacionarse con los animales.
Finalmente, el “miedo a la altura”. Muchas personas sienten mareos, náuseas o pierden el equilibrio. Nada de eso es real: es inseguridad. Hay que trabajar ese miedo con razonamiento y precaución.

Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.