¡Los fascistas son ellos!

El famoso activista conservador Charlie Kirk, de 31 años, fue asesinado de un balazo en una universidad de Utah, donde se encontraba realizando uno de sus concurridos debates, en los que, como de costumbre, dejaba sin argumentos a los wokistas (caviares gringos).
Precisamente, un miembro de esta manada, que pregona la doble moral como precepto de vida, llamado Tyler Robinson, de 22 años, fue quien acabó con la vida de Kirk con un certero disparo en el cuello.
De acuerdo con informes preliminares, en cartuchos no disparados por Robinson se hallaron mensajes como “¡Oye, fascista, atrápalo!” o “Bella ciao”, en referencia a una canción italiana adoptada por la resistencia antifascista durante la Segunda Guerra Mundial.
Y es que, para Tyler, cuya pareja era una persona transgénero, Kirk era un fascista por el simple hecho de estar en contra de la estupidez esa de la autopercepción (¡nadie pudo responderle una pregunta tan simple como “qué es una mujer”!), del crimen que es el aborto o de la desbordada migración ilegal.
Pero, con el asesinato del influyente conservador, queda meridianamente claro que los verdaderos fascistas son los zurdos multicolor de pensamiento único, quienes, al no poder debatir con palabras, se valen, de forma miserable, de las balas para acallar los discursos racionales.
La izquierda es asesina: ha acabado con la vida de 150 millones de seres humanos, así que era de esperarse que, en redes sociales, los pares ideológicos de Tyler Robinson celebraran, sin remordimiento alguno, el homicidio de Charlie Kirk, que deja a una esposa y dos hijos menores.
Esta costra woke justifica el asesinato de Kirk porque estaba a favor de la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, que protege el derecho a poseer y portar armas, cuando el real problema no es la normativa de marras, sino la salud mental en el país norteamericano.
Varios crímenes políticos vienen ocurriendo ante nuestros ojos. En Ecuador, asesinaron a Fernando Villavicencio; mientras que, en Colombia, acabaron con la vida de Miguel Uribe. El patrón es el mismo: zurdos matando derechistas.
Reitero: los fascistas son ellos y, al no poder sustentar las idioteces que expectoran, te silencian a plomazos. Charlie Kirk está muerto, pero sus ideas están más vivas que nunca.

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