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Los derechos humanos desde Naciones Unidas

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Fecha Publicación: 11/12/2024 - 21:30
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Ayer, miércoles 10 de diciembre, se cumplieron 76 años de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, instituido por la Organización de las Naciones Unidas-, y al referirme a esta especial celebración, quisiera recordar mi reciente participación en el retiro del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, realizado en la ciudad de Rabat, Marruecos, constituida los días 21 y 22 de noviembre pasados, en la Meca de los derechos humanos en el planeta, y hasta llegaron los expertos para examinar el modus operandi o procedimiento de cómo va el tratamiento de los derechos humanos desde la ONU en relación a su solvencia en distintas partes del mundo. La sociedad humana en su largo proceso histórico fue esclavista –desde el sur de África salieron muchos negros en esa condición hacia diversas partes del globo–, y los griegos fueron los primeros en legitimarla. Hoy subsisten métodos y prácticas flagrantes que siguen mostrando el esclavismo en toda su dimensión, al reducir la libertad y dignidad humanas a un estado de infame humillación. Mientras Jesús de Nazaret pregonó que todos somos iguales, la Revolución Francesa (1789) acabó con el referido esclavismo, por el iusnaturalismo o derecho natural, aparecido con la Ilustración, que consagró –erga omnes– que todos los hombres somos iguales. Los millones de muertos que dejaron las dos guerras mundiales del siglo XX, superpuso a los derechos humanos como nunca. Aceptar que todos somos iguales por naturaleza no debió ser mayor problema, pero lo fue y sigue siéndolo por el prejuicio y la ignorancia sociales enquistadas en las sociedades nacional e internacional. La especie humana gobierna el mundo privilegiadamente por su racionalidad, que es su exclusivo y mayor atributo, entre todos los seres vivos. A pesar de ello, hay hombres que no se consideran iguales a los demás, o lo que es peor, se creen superiores. Así, por ejemplo, hay intelectuales que se creen más que otras personas, despreciándolas. La cultura en el proceso histórico, entonces, juega su rol y por supuesto está poderosamente alineada. Un hombre negro por solamente serlo, era una res o cosa en los tiempos de Roma, y un hombre negro por solo serlo en la actualidad, es imputado delincuente porque siguen imponiéndose estereotipos absurdos en la carga social llena de racismo y discriminación. A la sociedad contemporánea le falta seguir evolucionando o lo que es más trágico: viene mostrando signos de involución o retroceso, dominada por la ignorancia. Felizmente la igualdad de los hombres ante la ley es una enorme garantía del derecho; también lo es que los derechos humanos siempre son superiores al sistema positivo o sistema de las normas jurídicas vigentes, es decir, los derechos humanos existen no porque estén referidos en la Constitución o en las leyes de un Estado. Los derechos humanos, entonces, existen prescindiendo de las referidas normas jurídicas porque son inherentes a la vida humana (antes de nacer: nasciturus) y a la persona humana (el nacido), es decir, le pertenecen al ser humano durante toda su existencia.

(*) Excanciller del Perú e Internacionalista

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