Los caviares contra Dina

Es evidente que ha empezado en cierta prensa con agenda caviar una campaña de desprestigio ya no solo contra el Congreso sino contra la presidente Dina Boluarte.

Es cierto que cualquier prensa debe buscar la verdad, los hechos, pero la verdad no debe prestarse para ser funcional a los intereses de una agenda. Eso es lo que se llama fake news o verdades a medias desde donde los interesados en algún objetivo concreto pretenden usar retazos de información para hacer un perfil diabólico o crear dudas respecto a alguien o a algo.

Tal es el caso de Dina Boluarte y las revelaciones de su ex asistenta y y un personaje oscuro como Shimabukuro que con agenda y vouchers pretenden crear la historia de que una persona periférica a la campaña de Pedro Castillo manejó fondos de campaña y estaría involucrada en iguales o parecidos delitos a los que se le atribuyen a Pedro Castillo, el ladrón y golpista que hoy quiere ser repuesto en la presidencia con la ayuda de sus compinches del Foro de Sao Paulo y del Foro de Puebla.

Que la señora Boluarte haya recibido pasajes, o viáticos pagados por Shimabukuro no significan absolutamente nada más que para crear la imagen de que la señora Boluarte es una corrupta y debe ser apartada del poder.

¿Quiénes la quieren apartar del poder? Pues los rojos y los caviares. Los rojos, evidentemente, porque han perdido el gobierno y están siendo barridos de la administración pública donde entraron como marabuntas para robar y destruir el Estado peruano haciéndolo implosionar.

En cuanto a los caviares, el tema va porque Boluarte ha seguido con la política de no darles cabida en el aparato del Estado y porque no le perdonan a Boluarte haberse apoyado en las Fuerzas armadas y policiales para mantener el orden en el Perú que unos sediciosos pretendían arranchar de los países civilizados bajo el imperio de un Estado de derecho de democracia representativa y liberal.

Los caviares no le perdonan a Dina haberse tomado en serio el papel de jefe de Estado permanente y no transitoria como ellos querían. Los caviares siempre quisieron, esa era y es su agenda, que se "vayan todos", así que según sus planes, Boluarte debió haber renunciado para que se convoquen a elecciones generales y de paso deshacerse de un Congreso hostil a sus intereses.

Ahora queda claro el fustán de esa prensa que no habiéndose podido librar ni de Boluarte ni del Congreso están en campaña para deslegitimarlos lo más posible y que la fruta madure para lanzar la siguiente algarada "cívica" para un adelanto de elecciones en el que ya nadie cree porque los peruanos ya se van haciendo la idea de que Boluarte y el Congreso se queden hasta el 2026 con todo lo que ello implica para los caviares.

No olvidemos que este Congreso une a los conservadores de derecha con los de izquierda contra los caviares. La elección de los magistrados del TC que está haciendo añicos la estrategia caviar de que el Poder Judicial se convierta en el árbitro supremo de la política en el Perú, la debacle en pretender retrasar —hasta un nuevo congreso más afín— la elección del defensor del pueblo y la derrota sufrida con la Sunedu que le ha sido arrebatada, amén de haber perdido la Fiscalía de la Nación los ha puesto como locos.

Esto explica la ofensiva mediática de las dos últimas semanas contra la persona de Boluarte y contra el Congreso. Resulta irónico que algunos puristas de derecha secunden a estos caviares con la tesis de que Boluarte y su gobierno son la continuación del gobierno de Castillo, cuando está claro en los hechos de que esto no es verdad.

En síntesis, el Gobierno necesita una buena campaña de comunicaciones para señalar sin ambages la agenda propia de los caviares encubierta como "búsqueda de la verdad" y que solo es un pretexto para recomponerse y pescar a río revuelto todo el poder que han perdido.

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