Los brutos y el fraude
Siempre me opuse a las elecciones parlamentarias anticipadas por dos razones sustantivas: la consolidación del golpe de Estado y la grave amenaza de un fraude electoral.
Hoy reitero que estamos aceptando la ruptura del Estado de Derecho, la dictadura y un régimen espurio consecuencia la cobardía del Tribunal Constitucional y la complicidad de la comunidad internacional. Martín Vizcarra es solo un inepto autoritario, movido por intereses delincuenciales propios y de terceros, a quien la historia y tribunales independientes sancionarán pronto. Si sigue en el mando es por una sola razón: la traición constitucional de los comandantes de las FF.AA., quienes también deberán pasar el resto de su vida en calvarios judiciales.
Estamos en medio de una zafarrancho horroroso: hasta el 24 de noviembre había 22 listas electorales, es decir 2,860 candidatos para un Congreso que durará año y medio; el total de votantes es de 24 millones 799,384 ciudadanos, residentes tanto en el país como en el extranjero; más del 90% de los postulantes son desconocidos; 32 candidatos tienen problemas familiares, como la violencia conyugal, que deben inhabilitarlos; el Jurado Especial Electoral ha dispuesto que el Apra, Fuerza Popular, Perú Patria Segura, Somos Perú y Solidaridad Nacional tienen apenas 48 horas para subsanar las observaciones.
Entre tanto, fuera de declaraciones aisladas -y de escasas trayectorias personales -nadie presenta plataformas programáticas ni medidas legislativas para apenas 18 meses de gestión. Solo abundan, para variar, consignas genéricas e insultos, especialmente de una izquierda marxista no dispuesta a aceptar los resultados electorales.
Vizcarra a cada momento rompe la neutralidad que constitucionalmente le corresponde y el JNE, aparte de estar desbordado, no tiene respetabilidad. Ni siquiera se sabe si el voto será electrónico (con amplia posibilidad de fraude); cómo será el sufragio en las zonas sureñas declaradas en emergencia; si volverá a impedirse que voten militares y policías (con lo que Humala ayudó a PPK a ganar el fraude del 2016); y cuál será la responsabilidad de los personeros con las nuevas reglas.
Vamos a un desastre. Si tanto criticaban al Congreso anterior, el que elijan será circo de pueblo pobre y a eso apunta la dictadura de Vizcarra: que se imponga la mediocridad para que emerja el pedido de una Constituyente, se cambie el régimen económico y él se perpetúe como dictador. Así las cosas, ente Navidad y Año Nuevo vamos a un fraude que solo los brutos aceptan y hasta aplauden con las orejas.