Lo que esperamos escuchar
Ingresamos a julio y el Mensaje a la Nación comienza a generar expectativas aún más con un presidente que poco dice y mucho se desdice con los hechos. Cómo ciudadanos: ¿Qué podemos esperar de un presidente que se ha comportado desastrosamente durante los últimos 12 meses? Nada.
Sin embargo, es un hecho de que el 28 de julio deberá ir al Congreso y dar un mensaje. Lo que diga en él pasará a la historia, marcará la coyuntura y será la vara con la que será medido. Por ejemplo, dando una mirada a lo que dijo Pedro Castillo el año pasado, hallamos que respetará a los medios de comunicación y la libertad de prensa, pero obviamente ha hecho todo lo contrario. Otra promesa hueca ha sido la segunda reforma agraria, y hoy ni podemos comprar transparentemente fertilizantes.
Así mientras sus aliados políticos callan, cuando hace un año aplaudían y se subían a su carro, el Perú entra en terrenos pantanosos sin tener planes, metas ni mucho menos estrategia.
Lo que esperamos escuchar los peruanos ante una coyuntura como la actual está en cuatro frentes: economía familiar (alza de precios, empleo y pensiones), finanzas públicas (qué se hizo, qué se hará y cuándo se hará), transparencia (tanto a nivel de la familia presidencial como del gobierno) y servicios básicos (salud, educación, seguridad, entre otros).
Lo que no queremos es más victimismo. Sinceramente cansados ya estamos de ello: que hay personas que no lo quieren (¿no recuerda que la mitad del país no votó por él?) o que no sabe cómo hacer para gobernar (¿para qué se presenta a las elecciones entonces?) o que la salida de todos nuestros males está en cambios constitucionales (¿las normas no ponen comida en la mesa, lo hace el trabajo y la inversión?).
Las pequeñas empresas y los pequeños capitalistas (personas que han retirado su AFP o CTS, por ejemplo) necesitan un clima de estabilidad para invertir. No más crisis provocada por despachar donde no se debe, por tener personas cuestionables alrededor, por no rendir cuentas a la justicia sobre la crisis internacional que vivimos.
Esta semana conversé con Diana Lescano, una empresaria pyme del sector turismo, sobre este punto. Con pocas esperanzas y palabras me dijo “solo pido que deje de excusarse y elija bien a sus funcionarios. Ese es su trabajo y debe ser bien hecho”. Coincido con ella.
¿Qué le preocupa? Los temas de corrupción, obviamente, además de cuál será el futuro cercano de los empresarios. El costo del dinero se ha elevado, los mercados ya no demandan como antes, todos tenemos claro que la rueda económica se mueve por los excepcionales ingresos de dinero a la economía. El próximo año no los tendremos.
El dinero se nos va y no volverá. Lo que se paga por impuestos debe ser bien invertido. Tenemos un maestro en Palacio de Gobierno y no ha hecho nada para mejorar la calidad de nuestra enseñanza, mientras que la familia y amigos del presidente son protagonistas de denuncias por corrupción.
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