Lima Lee la primavera
La pandemia que nos distanció físicamente, nos unió fraternalmente. El mundo que hasta hace unos meses era ancho y ajeno, se tornó un escenario al que podíamos recorrer gracias a un enlace que nos reuniría con su grandeza: la extensión se convirtió en un pretexto para la comunión. Así fuimos testigos de cómo la Cámara Peruana del Libro y su nueva administración nos entregaron una FIL virtual cuyo éxito, además de las miles de visitas, se materializó en el más de un millón trescientos mil soles en ventas; en actividades que antes habrían congregado a no más de sesenta asistentes, reuniendo ahora a miles en la nueva modalidad. El recital de poetas iberoamericanos, por ejemplo: Xavier Oquendo Troncoso (Ecuador), Alí Calderón (México), Mario Meléndez (Chile), Carlos Aldázabal (Argentina), Federico Díaz-Granados (Colombia), Raquel Lanseros (España) y este servidor, presentados por Celeste Asurza, directora del programa Lima Lee de la MML, tuvo a cientos de internautas conectados en vivo y en directo, con más de cuatro mil reproducciones en tan solo unas horas, algo inimaginable hace apenas ocho meses.
El ciclo de presentaciones de la Primavera Poética o la V Feria del Libro Lima Lee que va hasta este domingo 11 de octubre, intervención digital que tuvo en dos memorables recitales a los poetas Leopoldo Castilla (Argentina), Omar Lara (Chile), Iván Oñate (Ecuador), José Luis Díaz-Granados (Colombia) y Carlos Ernesto García (El Salvador), cinco maestros de la poesía juntos en un mediodía para el recuerdo, y a las poetas Daisy Zamora (Nicaragua), Sonia Manzano (Ecuador), Soledad Fariña (Chile), Carolina Zamudio (Argentina) y Lizette Espinosa (Cuba), en una pantalla que cedió ante el vigor de sus poéticas. Ambos, probablemente, de imposible realización sino fuera por la dinámica de una feria que no solo ha cubierto nuestras expectativas sino que anuncia el lanzamiento de retos y campañas hasta fines de este mes.
Son cincuenta editoriales las congregadas por Lima Lee, cincuenta voluntades que han recurrido a la virtualidad para demostrar que el ecosistema del libro está a la vanguardia de los retos. Una pandemia no tiene la fuerza para sacar de juego a quienes apuestan por su épica: la aprobación de la nueva Ley del Libro es un esperanzador mensaje.
