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Liberar el subsuelo: una reforma minera urgente y necesaria

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Fecha Publicación: 04/07/2025 - 21:10
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En el Perú, existe una verdad incómoda: tenemos más de 37,000 concesiones mineras activas, pero menos del 4 % están realmente operativas. El resto —más del 95 %— permanecen inactivas, muchas durante décadas, secuestradas legalmente bajo un sistema permisivo que ha priorizado el acaparamiento sobre la producción. Estas extensiones no generan inversión, empleo ni desarrollo. Solo bloquean el acceso al recurso a quienes sí quieren trabajar con formalidad.
Por eso, la reforma minera que hoy se discute es urgente y necesaria. No basta con ajustes menores. Hay que replantear de fondo el modelo de acceso al subsuelo. El proyecto legislativo que propone incrementar el derecho de vigencia, reducir la duración de las concesiones inactivas y cancelar automáticamente derechos por incumplimientos apunta en la dirección correcta. Sincerar la minería implica exigir resultados. Quien no invierte ni produce, debe liberar el espacio.
Desde hace años vengo proponiendo una medida estructural: reducir la cuadrícula de 100 a 25 hectáreas, con un límite de 500 por titular. Esto permitiría democratizar el acceso a los recursos minerales y evitar la concentración de concesiones ociosas. Hoy, muchas de estas áreas son usadas como activos especulativos sin actividad técnica ni operativa, mientras la pequeña minería lucha por acceder a zonas productivas.
Además, debemos fortalecer el REINFO (Registro Integral de Formalización Minera). No puede seguir siendo un padrón nominal. Debe convertirse en un verdadero filtro que certifique el cumplimiento ambiental, legal y operativo. La formalización no es un trámite; es el compromiso de trabajar con responsabilidad, trazabilidad y respeto por el entorno.
Pero esta reforma no debe caer en el error de enfocarse solo en sanciones. Se necesita también incentivar la exploración, ofrecer seguridad jurídica a las pequeñas y medianas empresas mineras, y garantizar un entorno donde quien quiera invertir y producir, tenga condiciones reales para hacerlo. Castigar al informal sin fortalecer al formal es una receta para el estancamiento.
La minería puede ser una de las mayores palancas de desarrollo territorial en el Perú. Pero eso solo será posible si promovemos una minería activa, descentralizada, sostenible y justa. El país no puede permitirse tener su riqueza mineral inmovilizada, mientras millones de peruanos siguen viviendo en condiciones de pobreza extrema en zonas con alto potencial.
Liberar el subsuelo no es un acto simbólico. Es una decisión estructural. Es permitir que los recursos del país estén al servicio del país. Es romper con el modelo extractivo especulativo y construir uno que genere valor real, empleo digno y crecimiento sostenible.
La reforma minera no debe ser postergada. El Perú necesita reglas nuevas, actores nuevos y resultados concretos. Ya no podemos permitir que la riqueza esté atrapada por el silencio de la inacción. Es hora de activarla con justicia.

Por José Antonio del Pino Palomino (*)

(*) Director Ejecutivo de la Cámara de Comercio y
Minería de Huancavelica

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