Leonard Cohen y su apuesta por la vida

Cuando todo se derrumba, cuando los días se tornan una larga noche y todo alrededor de uno no es más que un vestigio decadente de las promesas perdidas, uno se encuentra cara a cara con aquello que lo hace humano: la esperanza y el deseo de tiempos mejores. Y, si la esperanza no es completamente posible, mostrar su imperfecta humanidad se vuelve la más grande muestra de dignidad posible.
Esa es la idea que encontramos en la canción “Anthem”, del cantautor Leonard Cohen, publicada en su disco “The Future”, de 1992. “Toca las campanas que aún puedan sonar/Olvídate de tu ofrenda perfecta/Hay una grieta en todas las cosas/Por donde entra la luz”, canta el intérprete, con su característica voz resquebrajada y profunda, consciente y determinada de su humilde grandeza.
En esta canción, Cohen hace referencia a dos tipos de crisis, de profundas decadencias que el hombre conoce y ha conocido a lo largo de la historia: la social y la personal.
A propósito de la primera, dice: “No puedo correr más/Con esa multitud sin ley/Mientras los asesinos en los lugares altos/Dicen sus oraciones en voz alta/Pero han convocado/Han convocado una nube de tormenta/Van a escuchar de mí”. Cohen rechaza sumirse en la anomia de la vida sin sentido de los peones de un juego sanguinario y corrupto de ciertas figuras de poder, invocando a su propia fuerza para hacer frente a esta realidad. Hoy, en nuestro país, más de 30 años después del lanzamiento de esta canción, estas líneas suenan como un llamado a dejar la pasividad política y rechazar el sacrificio de la libertad personal a favor de los objetivos de una clase poderosa que poco se preocupa por el bienestar de sus ciudadanos. Es un llamado a recuperar, a través de un renacimiento de la rebeldía personal, a un regreso a una sociedad encaminada hacia la justicia y la paz.
Pero no solo habla de contextos políticos o sociales, sino también de derrumbes personales. Al comenzar la canción, Cohen canta: “Los pájaros cantaban/Al amanecer/Empieza de nuevo/Los oí decir/No te detengas en lo que ha pasado/O en lo que está por venir”. Así, incluso en el inicio de los días más oscuros, esos donde parece que toda proyección al futuro ha desaparecido, donde la miseria ha colmado los bordes de la existencia, se impone un llamado a empezar de nuevo. Mientras haya vida, hay esperanza, reza un precepto popular. Y de eso se trata “Anthem”, esta gran canción. Llama a aceptar la derrota -que nunca es más que momentánea-, y a querer sus propios fracasos y vergüenzas, ya que, como dice la canción, es por esas grietas que entra la luz.
“La noche es más oscura justo antes del amanecer.”, afirma otro adagio. Soportemos la noche, abracemos las caídas. Y que se haga la luz. Amén.

Por Sol Pozzi-Escot

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