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Legislatura clave para nuestro futuro

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Fecha Publicación: 14/08/2019 - 22:20
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Un Parlamento remozado –bajo un presidente demócrata y con cabeza bien amoblada como Pedro Olaechea, y gente coherente presidiendo las principales comisiones- se apresta a reiniciar labores en esta nueva Legislatura. ¡Cónclave importantísimo para el Perú! No se trata, evidentemente, de una Legislatura cualquiera. No, estimado lector. En esta ocasión los congresistas deberán nada menos que definir el futuro de este esencial poder del Estado, crisol donde están representadas todas las tendencias ideológico-políticas electas por la sociedad peruana. A contrapelo del poder Ejecutivo, allí donde el pueblo elige únicamente al presidente y este designa a dedo a sus ministros.

No es dramatismo. Es hiperrealismo. En año y meses de gestión, el presidente postizo Martín Vizcarra no ha hecho sino pretender clausurar el Parlamento, so pretexto de un inexistente obstruccionismo producto de una campaña mediática sicosocial a cargo de la prensa corrompida por la publicidad estatal. La acción de todo gobierno, en áreas como la Salud, Vivienda, Educación, Seguridad Ciudadana, Infraestructura, etc., es reflejo, exclusivo, de las asignaciones presupuestales que maneje. También, sin duda, de las normas que le sirvan para implementarlas. Pues resulta que este Congreso “obstruccionista” aprobó -en tiempo récord y sin retaceo alguno- los presupuestos presentados por Kuczynski y Vizcarra.

No sólo esto. Igualmente les otorgó a ambos mandatarios las facultades extraordinarias que demandaron para ejecutar el programa de gobierno que decían tener. De modo que, ¿dónde está el obstruccionismo? Lo que ocurre es que ambas gestiones –PPK y Vizcarra- han disimulado su incompetencia inventando lo del “obstruccionismo”, con ayuda de sus esbirros de El Comercio, RPP, La República y demás mamones del multimillonario presupuesto publicitario oficialista. Yendo al móvil de esta Legislatura, la agenda viene cargada de trampas colocadas por Vizcarra y sus asesores progre-marxistas. La primera, adelanto de elecciones al 19 de abril 2020. La segunda, Vizcarra y Aráoz se quedan hasta el 28 de julio 2020. La tercera, los legisladores dejan sus cargos el 26 de julio 2020.

La cuarta, referendo para validar las medidas anteriores. Referéndum que podría utilizarse para preguntarle al pueblo: 1) ¿Está de acuerdo con elegir un nuevo Congreso conformado esta vez por gente óptima, no por la chusma actual?; y 2) ¿Está de acuerdo con que el presidente Vizcarra se quede hasta el 2025? Porque, amable lector, a este gobierno tramposo –donde el presidente engaña al pueblo diciéndole A mientras tranza con los antisistema prometiéndoles B y la prensa corrompida santifica este engaño disfrazándolo de lo que sea, con tal de adular al dueño de la billetera-, al régimen Vizcarra, reiteramos, no se le debe confiar nada de lo que promete por su comprobada genética mendaz.

Vizcarra insiste en imponer su agenda envenenada, amenazando con la clausura del Congreso si no se aprueba textualmente y en el plazo que él ha impuesto. Es decir, persevera en un insoportable golpismo. A nuestro juicio, el Parlamento del Perú debe rechazar la propuesta de Vizcarra. Y siguiendo el orden constitucional, definir que el gobierno electo democráticamente el año 2016 concluye el 28 de julio de 2021.