Leer a María Ángeles Pérez López
“De pronto una palabra nos asalta/ se nos queda rondando impertinente,/ se sienta en el ombligo de la lengua/ y borra la memoria de las otras”, escribe María Ángeles Pérez López, reciente ganadora del Premio Nacional de la Crítica (poesía), de España; y nos remite a una tradición, que renueva, apelando al endecasílabo en una recreación del ritmo que nos induce a reformular sobre la necesidad de la música. Poeta y profesora titular de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Salamanca, ha publicado varios libros, siendo los más recientes “Diecisiete alfiles” “Interferencias” e “Incendio mineral”. Antologías de su obra han sido publicadas en Caracas, Ciudad de México, Quito, Nueva York, Monterrey, Bogotá y Perú.
Fue precisamente durante los meses más aciagos de la pandemia, cuando María Ángeles participó del proyecto Lima Lee con su antología “Verbos para el bosque” (2020), un repaso de obligatoria lectura para quienes deseen conocer el registro de una poeta que ha ido afirmándose como una de las voces más poderosas, no solo de la península. “Gracias es una palabra que, para contar sus letras, necesitamos de las dos manos: te agradezco con mis dos manos”, me dijo en una entrevista y yo quedé conmovido por tan simbólica verdad. Por eso, cuando tuve el honor de estrechar sus manos, en Salamanca, en octubre pasado, la sensación de conocerla fue tan sólida como los muros del Puente Romano o las riberas del Tormes que generosa nos mostró al grupo de poetas con quienes compartimos el XXIV Encuentro de Escritores Iberoamericanos que dirige el también generoso Alfredo Pérez Alencart.
“Vigilo la semántica del agua,/ el modo en que la arena se hace verbo/ y nombra nuestras huellas en la espuma”, continúa en otro poema. Queda entonces la lección de quien oficia con maestría el rigor de una estética que llegó para afirmarnos la importancia de procesar las herramientas teóricas de la modernidad. María Ángeles escribe, intercepta e interviene los discursos porque tiene plena conciencia de cómo se construye una poética. De ello volvió a dar cuenta, hace unas semanas, en el Instituto Cervantes de Nueva York, en su disertación sobre “Trilce” de Vallejo. Aún ahora comentamos sobre su capacidad para acercarnos a una obra tan compleja, tan luminosa y tan futura. “Abrir la boca y que se acerque el bosque”, eso es leer a María Ángeles Pérez López.
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