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Leandro Castilla y el fidelismo peruano

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Fecha Publicación: 08/02/2025 - 21:10
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La figura del presidente Ramon Castilla, nacido en Tarapacá en 1797, es muy conocida en el Perú pero lo que no se conoce de él es que fue criado por su hermano diez años mayor, Leandro Castilla. Siendo adolescente este otro Castilla se enrolo en el ejercito real para combatir a los separatistas chilenos que fueron vencidos realistas peruanos en Rancagua (1814). Los hermanos cayeron prisioneros juntos tras la batalla de Chacabuco y luego se fugaron de Mendoza, por separado, para regresar a Lima con el fin de reintegrarse en el Ejército del rey.
Pero en 1821 los hermanos se separaron definitivamente, debido a que el joven teniente Ramón Castilla ingresó al ejército patriota mientras que el comandante Leandro Castilla fue de los otros patriotas, a aquellos que permanecieron fieles al rey, en tanto padre de la Patria. Según cuenta la tradición los hermanos Castilla volvieron a encontrares el 9 de diciembre de 1824, en la batalla de Ayacucho cuando: “…herido don Ramón en un brazo, fue conducido en camilla al hospital de sangre, donde se le coloco en u salón destinado para jefes, así vencedores como vencidos. Terminaba el cirujano de hacerle la primera curación, cuando se oyó una voz que preguntaba:
– ¿Dónde está el comandante Castilla?
–Aquí, a la derecha –contestó don Ramón, a la vez que otro herido decía:
–Aquí, a la izquierda.
Los dos hermanos, heridos en defensa de distintas banderas, estaban en el hospital de la sangre, y, ¡coincidencia curiosa!, la lesión de ambos era en un brazo. De más está decir que aquella tarde fue de fraternal reconciliación”
Después de la capitulación del virrey, Leandro se embarcó para España permaneciendo en un puesto militar provincial hasta 1833 en que se produjo la muerte de Fernando VII. Ese año los pueblos de la península se proclamaron legitimo heredero de su hermano al Infante don Carlos iniciándose la guerra carlista. De inmediato, el fiel oficial tarapaqueño se incorporó al ejército de don Carlos con su rango de coronel. Tras siete años de contienda dinástica, en agosto de 1839, las fuerzas carlistas fueron traicionadas por el general Maroto en el tristemente célebre episodio llamada el “abrazo de Vergara”.
En tanto esta traición se consumaba, la fortaleza sobre el morro de Morella, no acepto la traición, resistió solitaria hasta mayo de 1840. Estaba defendida por 800 combatientes al mando de un indómito tarapaqueño, general de brigada Leandro Castilla. Así fue como el hermano de un presidente del Perú fue el último oficial fiel a don Carlos. Quien luego de una honrosa capitulación, emigró a Francia. Para 1865, fecha en que su desterrado hermano visito Europa él ya había fallecido.
Aquí es interesante entender como la vida de los hermanos Castilla nos expone el drama que significo la emancipación que dividió hasta las familias pero también nos permite apreciar que las heridas de una guerra civil solo se pueden superar partiendo del respeto que imprime el fiel cumplimiento de valores supremos como el Honor y la Lealtad, que son los de los condecoran a los militares del Perú en todos los tiempos.

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