¡Latinoamérica en los ojos del mundo!
El complejo y lamentable panorama geopolítico que vive el mundo, como la escalada de conflictos en medio oriente y Ucrania, las tensiones comerciales entre Estados Unidos y Asia, la reconfiguración de las cadenas de suministro alimentario, el cambio climático entre otros factores, han generado la atención hacia América Latina como un destino atractivo para los inversionistas de todo el mundo.
Y es que luego de la incertidumbre por el impacto de los aranceles impuestos por EEUU, ahora la incertidumbre camina por el alza del precio del petróleo. Durante la mañana de este viernes, el precio del petróleo se disparó un 8 % para superar los 70 dólares el barril. Los mercados a futuro también han experimentado un repunte, ante la perspectiva de que el conflicto entre Irán e Israel se prolongue,
En Latinoamérica, se prevé que algunas naciones sufran el incremento de los precios de los combustibles, impactando directamente sobre los costos de los sectores productivos, en especial de aquellos países que dependen mucho de sus importaciones. En la pasada década, la presencia latinoamericana en la agenda global era anecdótica, periférica y accidental. Éramos la región olvidada.
Sin embargo, hoy, con el poder menguante de Europa y Estados Unidos, el segundo mandato de Trump y el ascenso de Rusia y China, muchos expertos están reconsiderando el lugar de América Latina en el mundo. La historia nos ha demostrado que, los países de la región que mejor preparados se encuentren, podrán enfrentar de mejor manera los cambios a la larga.
El Perú, por ejemplo, a pesar de la convulsión política vivida en los últimos años, muestra una economía estable. Según la OCDE, se proyecta una inflación de 1.8% al cierre de este año y un PBI que crecería 2.8%, con una moneda estable y robusta que se sigue proyectando a futuro. Y si bien es cierto, el 2026 será un año electoral clave para nuestro futuro, también es cierto que solo dependerá de nosotros elegir el mejor camino.
Independiente del contexto político, avanzamos a paso firme. Un ejemplo de desarrollo continuo, con más de 25 años de éxito, ha sido sin duda el sector agroindustrial. Las exportaciones pasaron de US$ 400 millones a más de US$ 11,000 millones, generando empleo en varias regiones del país.
Por otro lado, el mega puerto de Chancay-Shanghái es otro caso de una apuesta de Asia por América latina. Las recientes inversiones de Arabia Saudita por la reconocida cadena de grifos peruana y algunas agroindustrias, es otra muestra que nos permiten mirar con entusiasmo un futuro prometedor.
Sin embargo, frente al contexto de incertidumbre global antes mencionado, como país tenemos una oportunidad de oro. El destrabe de los megaproyectos de irrigación y la Nueva Ley Agraria serán sin duda dos grandes ejes estratégicas por el Peru. Una oportunidad para atraer más inversiones al país y juntos podamos convertirnos en la gran despensa de alimentos para el mundo.
Hasta el momento, la mencionada ley cuenta con un amplio respaldo técnico y político, al ser reconocida como una medida clave para dinamizar el agro, generar empleo formal, impulsar las exportaciones y contribuir al desarrollo sostenible del país. Solo depende de nosotros. Como dijo Aleksander Oparin, “No hay vuelta al pasado. En el futuro tendremos que vivir y pensar en relación a los logros actuales de la ciencia. Sin embargo, estos logros nos aseguran que la grandeza del hombre no consiste en sus falsas pretensiones egocéntricas, sino en su capacidad de comprender la grandeza del universo, la inagotable cadena de desarrollo ordenado que lo compone”.
Por Ruben Carrasco
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