Las quejas del fiscal Vela
Sin perjuicio que el fiscal superior Rafael Vela Barba explique en forma pormenorizada cuántos fiscales, asistentes, amanuenses, etc., forman el equipo Lava Jato a su cargo –se dice que supera 75 personas– resulta bastante penoso que un magistrado superior del Ministerio Público se queje ante la ciudadanía de que no le alcanza el presupuesto para solventar el costo del personal a su mando.
Es evidente que frente al ciudadano –que demanda hechos y no palabras– Vela Barba se ha visto precisado a dar alguna excusa al paso –la más simplona: el Ejecutivo no me asigna recursos suficientes– para justificar un hecho pétreo: que el grupo a su cargo lleva tres años “investigando” toda una parafernalia de casos sin siquiera haber sido capaz de concretar acusación formal aunque sea en uno de ellos. No existen acusaciones fiscales contra Keiko Fujimori, contra Pedro Pablo Kuczynski, ni Susana Villarán. Como tampoco la hubo contra Alan García. Y lo mismo ocurre en todos los otros casos que maneja este grupo de trabajo.
Ahora se entiende por qué Vela –incitado por el subalterno Domingo Pérez– emprendió una cruzada para conseguir apoyo mediático –consecuentemente político y finalmente social– dirigida a validar un infame pacto firmado con los representantes de Odebrecht, dizque para que esta maquinaria de la corrupción proporcionase información a nuestro alicaído Ministerio Público para imputar, fundamentalmente, a Fujimori y García. O sea a los opositores del régimen. ¿Por qué Vela y Pérez dejan hacer, dejan pasar todo lo que se relacione con la corrupta marca mayor Susana Villarán? Ahí están los otrora locuaces Salomón Lerner, su financista; Anel Townsend, su mesa de noche; Marisa Glave, su mano derecha; Eduardo Zegarra, teniente alcalde, etc., que la rodearon muy cercanamente.
Lo mismo ocurre con los Humala, donde personajes como Verónika Mendoza, escribana de las agendas de Nadine, vive protegida por la fiscalía a cargo de Vela y Pérez. Y por último, sucede exactamente igual con aquellas consorciadas corrompedoras como Graña y Montero, a la cual la fiscalía no solo nunca le intervino su contabilidad y administración ni embargó las cuentas, sino tampoco ha investigado a –ni impedido que viajen– sus principales ex directivos. La única explicación para que este cuerpo de investigación actúe de manera tan sesgada es que está aconchabado con esta saga de corrompidos, que han doblegado a la institución convirtiéndola en un arma politizada que corroe la esencia misma del Estado de Derecho en el país.
Por último, fiscal Vela Barba, ¿por qué recién ahora se queja de falta de presupuesto? Por cierto, su gobierno engreído –la dupla PPK-Vizcarra– ya va dilapidando US$ 16,000 millones en sendos proyectos –llenos de corrupción– aprobados por la gestión Humala. Como son: refinería Talara, gasoducto del Sur, Línea 2 del Metro, Panamericanos, etc. No solo eso. Su régimen amigo PPK-Vizcarra malgasta US$ 500 millones anuales en publicidad para comprar las líneas periodísticas de conocidos medios, y otros US$ 500 millones para contratar asesorías con sus amiguetes. ¿Qué le parece? ¿Por qué en vez de gimotear no justifica sus reclamos ante al MEF denunciando estos hechos?
