Las nuevas pugnas entre Joe Biden y Vladimir Putin
Las pugnas entre los presidentes de Estados Unidos de América, Joe Biden, y de la Federación de Rusia, Vladimir Putin, en el contexto de la guerra entre Moscú y Kiev, no tienen cuando acabar. Y no terminará mientras persista la referida conflagración bélica bilateral.
Centrándolas tampoco es que sean de tensión internacional y muchos menos de naturaleza prebélica. Son estricto sensu, pugnas en el marco de la política internacional, y no por ello, menos relevantes.
Mientras Putin, que sigue sacudido por los resultados de los recientes acuerdos adoptados en el marco de la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN, en Lituania-, ha tenido como único recurso el dedicarse a imputar a Washington, en contubernio con Ucrania, la responsabilidad del origen de la referida guerra, el cuadragésimo sexto presidente estadounidense, en un discurso en la víspera en Varsovia, ante más de 30 mil polacos, no se quedó atrás, replicando al mandatario moscovita a tono de epitafio, de que Rusia de ninguna manera saldrá victorioso de la guerra.
A estas alturas del conflicto que cumplirá 17 meses el próximo 24 de julio, la única certeza que se tiene es que la guerra continuará, o si prefiere, estimado lector, que la posibilidad de una negociación diplomática para finiquitarla, se ve aún lejos.
Los últimos hechos así lo demuestran. Así, mientras Moscú se recupera de su crisis más grave en el frente interno por el efímero levantamiento del grupo Wagner, Occidente con la OTAN y Estados Unidos a la cabeza, siguen apoyando a Ucrania con el envío de armamento, no solo para la resistencia frente al invasor, sino, además, para recuperar espacios y hasta doblegar a los ejércitos rusos.
La guerra está cada vez más complicada para ambas partes en combate. Lo que sí debe quedar claro, entonces, es que el vencedor se hallará en mejores condiciones para negociar la paz y por supuesto, para determinar la dimensión geopolítica de sus intereses imponiendo sus condiciones como ha pasado con otras guerras del pasado. No es la primera vez que Biden y Putin entran en un fuego cruzado.
Sus declaraciones políticas se realizan con el objeto de obtener réditos también políticos; sin embargo, la diferencia sustantiva entre ambos presidente es que, mientras Putin está inmerso en una guerra que desencadenó, Biden es jefe de Estado de una nación que no es parte de la guerra, guste o no a Moscú y a sus afines, por lo que con rigor jurídico debemos afirmar de que no tiene responsabilidad en el conflicto.
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