Las leyes de los borrachitos

Ya Rubén Blades, en su canción ““Decisiones”, decía: “El borracho está convencido que a él el alcohol no le afecta en los sentidos…” y, eso es exactamente lo que está ocurriendo en nuestro parlamento. Elegimos 130 congresistas, unos mejores que otros, como una muestra representativa de la población del Perú, pero, hay cerca de 100 individuos a los que su incorporación a la “clase política” los ha transformado y, su acceso al congreso, los ha emborrachado de poder.
Casualmente, acaban de aparecer algunos de estos especímenes, que están proponiendo, literalmente, la “ley del borrachito”. Este proyecto, que ya tiene hasta número asignado en el congreso, propone liberar de sanción a quienes se les retiró la licencia de conducir, por hacerlo en estado de ebriedad y haber participado en un accidente bajo esas circunstancias. Se estima unos 600 mil sancionados; a quienes se pretende liberar de responsabilidad, devolver la licencia y rebajar en un alto porcentaje la multa impuesta.
Hay que tener absoluta falta de criterio para proponer tamaña barbaridad. Sin embargo, lo que mueve a estos individuos, no es el bien común para la sociedad, sino la posibilidad de captar esos 600 mil votos en las próximas elecciones. A los firmantes del proyecto de ley, no les importa la gravedad de los daños que ocasionaron esos conductores, ni los riesgos de vidas humanas, sólo les interesa captar los votos. No piensan en los miles de lisiados, ni los conmueve los fallecidos por causa de estos ebrios.
El congreso también ha hecho gala de igual nivel de inconsciencia, cuando con sólo el dictamen de la comisión de trabajo, aprobó con 97 votos del pleno, el retiro de la CTS. No les importó exonerar, con 83 firmas del dictamen de la comisión de economía, sino que, además, se exoneró con 70 votos de la segunda votación. En suma, un festín. No les importó que quienes tienen una cuenta CTS, son empleados formales, con ingresos regulares y que, además, se encuentran trabajando. Que el fondo se constituye para el día que estén sin empleo. Pero no, “creen que el alcohol no afecta los sentidos” y, aceleran.
El mismo nivel de “borrachera de poder” que ha mostrado el congreso desde el año 2020, permitiendo siete retiros de fondos de las AFP y promover un octavo. ¿Es que nadie es consciente de la necesidad de contar con un ahorro previsional para la vejez? ¿Es que ninguno comprende que, pasados los 65 años, les será muy difícil tener un empleo y sostenerse económicamente? No se puede creer que estos congresistas no comprendan el impacto del interés compuesto en el largo plazo, que no les interese siquiera, informarse del daño que le han hecho al sistema y a los que, con buen criterio, optaron por no retirar su fondo. Que los fondos, dejaron de ganar, al menos 2% por año, al verse obligados a liquidar inversiones y, ante la incertidumbre, tener que sacrificar rentabilidad, para disponer de liquidez.
La misma borrachera los está llevando a promover la minería ilegal, sin medir las consecuencias.
Es evidente, que quienes fueron unos intrascendentes toda su vida, ahora que están en el parlamento, están dispuestos a vender su alma, con tal de mantener la ilusión de ser reelegidos, y mantenerse borrachitos.

Por Carlos E. Gálvez Pinillos

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