Las deficitarias, corruptas empresas públicas
De acuerdo a un reciente informe del portal El Vigilante, el Banco Central de Reserva (BCR) informa que, durante el ejercicio 2022, las empresas del Estado registraron un déficit total de S/ 2,565 millones. Los gastos de estos mamuts, solventados por los contribuyentes, aumentaron en S/12,834 millones durante dicho ejercicio; en contraste, los ingresos corrientes en ese mismo periodo se incrementaron en S/ 6,688 millones.
Petroperú y Sedapal fueron las principales generadoras de pérdidas. ¡No obstante, el informe sugiere que, a pesar de ello, ambas empresas planean repetir millonarios gastos operativos en el presente ejercicio! El caso más pervertido es el de Petroperú, tradicionalmente utilizada no sólo como la caja chica del poder Ejecutivo, sino como caja grande de una megacorrupción que sigue campeando en el Estado.
En especial, dentro de las empresas públicas. Veamos el ejemplo de la petrolera estatal para traspolarlo al sistema empresarial estatal. Petroperú ha invertido US$7,500 millones en su nueva refinería, originalmente presupuestada en US$1,200 millones. ¡Nadie, sospechosamente, se ha puesto a investigar el caso! La podredumbre fue mayor durante la infame gestión del golpista/corrupto Castillo, quien recibía coimas por designar a los presidentes de estos cada vez más envilecidos y deficitarios entes estatales, que desgraciadamente hoy han vuelto a aparecer en el Perú.
Por ejemplo, según manifiesta El Vigilante, Petroperú registra “un aumento del 60% del gasto corriente, durante el pasado ejercicio. Esto se debe a costos que contemplan compras de bienes y servicios, pagos de planilla y de deuda (la sobrevaluadísima refinería Talara), que sumaron S/ 30,045 millones el 2022”. Mientras que en 2021, este guarismo fue S/18,934 millones. En contrapartida, Petroperú alega que, si aquellos resultados evidencian déficit, “responden al impacto de decisiones adoptadas por anteriores administraciones.” ¡La clásica zafada de cuerpo de la inútil, corrompida administración estatal!
Pero además, según el Informe, aparte de su deuda bancaria –por ejemplo, la multimillonaria que mantiene con el Estado- Petroperú tiene pendiente de pago dos emisiones de bonos y créditos por US$ 4,300 millones con trece bancos sindicados. Pero para financiar estos déficits de sus operaciones, Petroperú necesitará nuevos endeudamientos por US$ 1,200 millones. Y claro, dada su obvia insolvencia el Estado será el único salvavidas que acabará inyectándole miles de millones de soles/dólares más; en vez de destinarlos a construir/equipar hospitales y/o escuelas y otros etcéteras más, proveyéndolas de sistemas de cómputo afines al artificio de Inteligencia Artificial, y conectados a una red nacional de Internet que, incomprensiblemente, aún opera incompleta.
La historia de las empresas estatales la conocen las generaciones que vivieron la quiebra nacional de finales de los ochenta del siglo pasado. ¡El comunismo se encargó de borrarla de los currículum escolares! Así logró que las nuevas generaciones no conozcan, ni por asomo, lo que fue la hiperinflación (más de un millón por ciento, inclusive con cambio de la moneda: del Sol Peruano al Inti millón); así como la hiper devaluación, cuando los precios de los bienes y servicios aumentaban cada día. ¡Consecuentemente, nuestros jóvenes ignoran el desastre que fueron, son y serán las empresas públicas peruanas!
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