Las cantinfladas de Arana
De acuerdo con el diccionario de la Real Academia Española (RAE), “cantinflada” significa: “Dicho o acción propia de un Cantinflas”, y pareciera que el recién estrenado presidente del Consejo de Ministros, Eduardo Melchor Arana Ysa, quisiera emular al mimo mexicano, al señalar: “Asumo un compromiso que me parece que en estos momentos es importante —¿le ‘parece’?—, porque necesitamos primero hacer nuevos cambios en la política de gobierno. Tenemos un plazo de 30 días para preparar nuestra presentación, lo vamos a hacer, pero no voy a adelantar los cambios que vamos a hacer”, agregando: “Me refiero a cambios en cuanto a la política, y si hay que mejorar el gran trabajo que el premier Adrianzén ha realizado y los ministros han hecho, pues cambiaremos el rumbo que corresponde”, sentenció.
Teniendo mínimas nociones de comprensión lectora, si Adrianzén ha hecho “un gran trabajo”, ¿cuál es la razón de afirmar “cambiaremos el rumbo que corresponde”? Lo cual evidencia una grosera contradicción, ya que afirmó que analizarán los cambios que se requieran, como parte del inicio de su gestión de cara a la búsqueda del voto de… confianza.
Según el nuevo titular de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), las medidas que tomará están orientadas a mejorar el trabajo que realizó su antecesor, Gustavo Adrianzén (¿?).
Tras el desarrollo de la primera sesión del Gabinete Ministerial liderado por Arana, manifestó que viene coordinando para que en las próximas semanas pueda sostener reuniones con los actores políticos, la sociedad civil y los gremios empresariales, para establecer que el manejo del Gobierno “sea consensuado”. ¿Eso no lo pudo pensar cuando era ministro de Justicia y Derechos Humanos o insinuarlo en los consejos de ministros en los que participó?
Estas acciones de diálogo tienen la finalidad de resolver también el problema de la criminalidad y, en ese sentido, invocó a los actores del sistema judicial a que actúen a la altura de las circunstancias.
En otro momento, se refirió a que su gestión tiene como finalidad resolver los problemas del país, como la inseguridad ciudadana, y dejar al Perú en una situación económica estable, a través del cierre de brechas en todos los sectores.
Hay que recordar que el nombramiento de Arana, cuando fue designado ministro de Justicia y Derechos Humanos, generó polémica, ya que registró decenas de llamadas telefónicas con César Hinostroza —quien se pasea como Pedro por su casa en Europa— y Walter Ríos, presuntos cabecillas de la red criminal que se infiltró en el sistema de justicia con “Los Cuellos Blancos”. Otro de sus cuestionamientos fue sobre su asesoría a dos tesis que calificaron de “sesgado” el informe de la Comisión de la Verdad y Reconciliación y el caso de esterilizaciones forzadas durante el régimen de Alberto Fujimori.
El flamante presidente del Consejo de Ministros también cuenta con una denuncia por abandono del hogar, por pensión de alimentos y por una amenaza de atentar contra su expareja. Como si esto fuera poco, es investigado por el Ministerio Público por el delito de tráfico de influencias. Esos son los pergaminos del nuevo presidente del Consejo de Ministros.
Realmente ¡que Dios nos ayude!
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