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Lamento boliviano

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Fecha Publicación: 18/08/2025 - 22:40
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“Me quieren agitar, me incitan a gritar, soy como una roca, palabras no me tocan, adentro hay un volcán, que pronto va a estallar…”, son algunas frases de la canción que uso para el título de este artículo y que llevó al éxito hace ya treinta años una banda argentina de rock. Me vienen a la memoria con un doble mensaje: en primer lugar, de alegría esperanzada por lo que significa la derrota electoral, estruendosa, de la izquierda marxista boliviana, relegada a menos del 20 % luego de dos décadas de gobierno marcado por ineficiencia y corrupción, que ha generado una grave crisis social y económica en ese país limítrofe. Y, por otro, imaginar cuánto les pesará a Evo Morales, Luis Arce y compañía y a sus irresponsables cómplices peruanos tan significativa derrota.
Oficiosamente, la segunda vuelta tendrá lugar en octubre próximo entre los dos candidatos con mayor votación, que juntos representan a un 60 % del electorado.
Lo ocurrido el último domingo en Bolivia tiene claro impacto en el Perú, pues anuncia también que se debilitará —ojalá desaparezca por completo— la penetración que los marxistas bolivianos hacían, sin la respuesta oficial esperada, en las provincias peruanas fronterizas, pretendiendo incluso desmembrar territorio peruano en favor de un proyectado país aymara que consideraban tendrían ya bajo control. Ello sin contar la amenaza cierta contra la seguridad nacional peruana por parte del activo narcotráfico organizado desde esferas delincuenciales y políticas bolivianas.
En diversas ocasiones, siguiendo información seria y cierta dada por vecinos, sobre todo de Juliaca, he denunciado la indebida presencia de activistas bolivianos marxistas, algunos de estos blandiendo incluso nacionalidad y documentos de identidad peruanos (posiblemente falsos o abusivamente obtenidos) en época electoral, para generar irregularidades y desorden en favor de opciones políticas locales de extrema izquierda.
Hace unos meses, Perú y Argentina debieron tomar medidas para evitar el ingreso masivo y descontrolado de bolivianos que, en parte, huían de la crisis causada por el marxismo boliviano, al que muy probablemente habían apoyado con su voto irresponsable, pero que, sin duda, también incluía a los cabecillas y cómplices del nefasto gobierno que querían hacer del territorio peruano plataforma para seguir actuando políticamente.
El gobierno peruano y el pueblo de Puno deben mantener tal alerta para evitar que marxistas derrotados electoralmente pretendan —quizás ahora con mayor énfasis— infiltrarse en nuestro país y hasta escabullirse de la sana y necesaria fiscalización que deberá seguir a la instalación de un nuevo gobierno no marxista en el hermano país altoandino.
Saludo el cambio político en Bolivia.

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