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La voluntad de Dios para el hombre

Fecha Publicación: 07/09/2019 - 21:10
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Queridos hermanos, nos encontramos ante el domingo XXIII del tiempo ordinario. ¿Qué mensaje nos quiere dar Dios en este día? La primera lectura es del libro de la Sabiduría y nos explica cuál es la voluntad de Dios y qué es necesario para ser feliz. “¿Qué hombre conocerá el designio de Dios? o ¿quién se imaginará lo que el Señor quiere? Los pensamientos de los mortales son frágiles e inseguros. Así son nuestros razonamientos, porque el cuerpo mortal oprime el alma y esta tienda terrena abruma la mente pensativa. Si apenas vislumbramos lo que hay sobre la tierra y con fatiga descubrimos lo que está a nuestro alcance, ¿quién rastreará lo que está en el cielo?”, dice la Palabra. Pues quien rastreará las cosas del Cielo es el hombre cristiano, pues sus pensamientos y mente están en el Cielo y sus pies en la tierra. El hombre alcanzará la felicidad en su vida, en medida que haga la voluntad de Dios.

Respondemos a esta lectura con el Salmo 89: “Señor, tú has sido nuestro refugio de generación en generación. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tu siervo. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo”. Hermanos, el hombre cristiano es un hombre feliz, porque lucha por aceptar la voluntad de Dios y ponerla en práctica, de ahí que pidamos a Dios un corazón sabio y sensato.

La segunda lectura de la carta de san Pablo a Filemón: “Yo, Pablo, anciano, y ahora prisionero por Cristo Jesús, te recomiendo a Onésimo, mi hijo, a quien engendré en la prisión Te lo envío como a hijo. Me hubiera gustado retenerlo junto a mí, para que me sirviera en nombre tuyo en esta prisión que sufro por el Evangelio; pero no he querido retenerlo sin contar contigo: así me harás este favor, no a la fuerza, sino con toda libertad”. Hermanos, observemos esta misión que tiene Pablo con el anuncio del evangelio. Ya la importancia del compañero o amigo que acompañe al otro en esta misión, ya lo dice el Antiguo Testamento, dos son testigos y hace falta por lo menos dos para llevar a cabo la misión.

El evangelio es de san Lucas y nos cuestiona ¿Quieres ser feliz?: “Jesús; él se volvió y les dijo: “Si alguno viene a mí y no pospone a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no pudo acabar”. Dios está por encima de los afectos humanos. Este evangelio nos invita a dejar todo y cargar sólo con nuestra cruz, pueda que alguien diga: no puedo. Si es así, te invito a vender tus bienes, dárselos a los pobres. Experimentarás una libertad que jamás has sentido. Sobre los afectos, ya lo dice el pensador, Gandhi: “No tenemos derecho a ensuciar al otro con nuestros afectos”. Hermanos, quiero invitarlos a que juntos, construyamos buenos cimientos, hagamos de nosotros mismos templos nuevos. Hoy, Dios está construyendo tu vida, eres un templo en el que Dios obra. Te envía acontecimientos para que seas feliz, deja que Dios te moldee y sea el arquitecto de tu vida. La experiencia de la venta de los bienes y el dárselo a los pobres ha sido llevada a cabo por santos y cristianos y han vivido la libertad del espíritu, este vivir sin ataduras materiales sólo lo experimentarás a través de este acto. Que la bendición de Dios esté con ustedes y sus familias.