La verdad sobre el conflicto entre la izquierda y la derecha
El conflicto entre izquierda y derecha fue creado con el objetivo de dividir a las naciones, de mantenerlas ocupadas en luchas intestinas que hicieran a los grupos sociales irreconciliables, como si fuera una gran cortina de humo perpetua que tuviera distraídos a los pueblos de la acción oculta de sus gobernantes de izquierda o derecha al servicio de la élite de poder económico mundial, que siempre usó ambas para sus fines.
Esta élite descubrió que en lugar de buscar la “buena voluntad” de los gobernantes para apoyar sus intereses, era más fácil corromperlos y comprometerlos con el cumplimiento de sus planes hegemónicos sobre la economía de las naciones, lo que se ha visto en los últimos años manifestarse en la ejecución irracional de la Agenda 2030 por los gobiernos, que han colaborado con la destrucción cultural, moral, política y económica de sus pueblos, mientras los engañaban usando el neolenguaje progresista con conceptos al revés de la realidad, prometiéndoles el logro de 17 aparentes buenos objetivos a costa de la quiebra y dominación de sus naciones.
Ninguno de los gobiernos del mundo que están imponiendo esta agenda del mal puede decir que lo hace porque desconoce sus métodos y efectos, porque las formas en que se están ejecutando son tan manifiestamente degradantes y destructivas de los pueblos, que es evidente que su compromiso con la élite mundial esconde una soterrada corrupción.
La promoción del conflicto es tan antigua como los ideólogos que fabricaron las ideologías comunistas financiados por la élite mundial para derrocar gobiernos o reinados que les eran hostiles a sus propósitos de dominio.
Y ahora su plan es usar a los partidos comunistas en los países donde la cultura social cristiana les está impidiendo imponer la legislación del Nuevo Orden Mundial anticristiano, desde la nueva Constitución elaborada por encargo de la ONU para someter a las naciones al Gobierno Mundial de esta élite en la sombra.
Entender que a la élite le da lo mismo que los gobernantes sean de izquierda o derecha con tal de que se les sometan por corrupción, es importante para comprender el peligro de dejarse arrastrar por políticos de una supuesta derecha “buena” que dista mucho de serlo y que esconde compromisos con esta élite, siendo más importante dilucidar la buena conciencia y trayectoria demostrada por los candidatos a gobernantes, que su aparente ideología, que ha resultado espuria al someterse izquierdas y derechas a la agenda de la corrupción internacional.
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