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La verdad de la mentira

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Fecha Publicación: 08/09/2019 - 22:20
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Mientras aumentan las sospechas respecto al involucramiento del entonces ministro de Transportes -hoy presidente de la República- Martín Vizcarra, el affaire Chinchero está camino a convertirse en una auténtica piedra de toque para el mandatario postizo. Ello sumado al escándalo “club de los constructores” y su asociación con Odebrecht, entre otros espinosos asuntos relacionados al caso Lava Jato, donde los fiscales Vela, Pérez y Sánchez sacan músculo contra viento y marea para blindar al actual mandatario. Como antes lo hicieron con la propia Odebrecht. Esa “organización” que, según el ex ministro de Justicia Figallo, “es dueña del Perú; por tanto pone y saca presidentes.“ Es claro que la magnitud del asalto Lava Jato –hasta hoy mayormente concentrado en Odebrecht- ha rebasado al Estado peruano.

Tres ex presidentes procesados y otro camino a lo mismo –más el resto de la cadena de mando: desde ministros y viceministros a directores generales, jefes de instituciones estatales, etc.- implica un peso político demasiado potente para una estructura estatal tan frágil y deshonesta como la que tenemos. En consecuencia, siendo el sistema de Justicia la parte del Estado a la que ahora le toca enfrentar este monumental escándalo, todo el peso de la presión política recae sobre la policía, los fiscales y jueces.

Esto lo explicaba ayer en EXPRESO el parlamentario Víctor Andrés García Belaunde. “Pérez (Domingo) y Vela (Rafael) son figuretillos que trabajan para los medios y que son ineficientes y probablemente (estén) comprometidos con Odebrecht (…). Porque no entiendo la pasión con la que defienden el acuerdo”, refiriéndose al pacto traidor que han suscrito con la firma brasileña. Pero, además, Vela y Pérez defienden la no devolución de S/ 524 millones que debería transferirle Odebrecht a Perú por la venta de Chaglla. “Este tipo de cosas me hace sospechar que existe un contubernio (…) Odebrecht ha engañado al Perú. Nos ha vendido el cuento que solo coimeó en cuatro obras. Y lo había hecho en 25. Lo peor es que no ha renunciado a los juicios que tiene contra el Estado peruano. Entre ellos el que ya inició Enagas en el caso del Gasoducto de Sur, y por el cual Odebrecht está preparando la demanda para lograr recuperar 2,000 millones de dólares. Y Perú sigue pagando deudas de Odebrecht”, aludiendo a los US$ 50 millones anuales que pagamos para cuidar los tubos de Odebrecht, en vez de adjudicárnoslos; asimismo a que el Estado abona millones cada año por los peajes, el agua de Olmos, la luz de Chaglla. “A este gobierno, coludido con sus procuradores y fiscales, tendrá que investigarsele en su momento. Este Congreso no creo que lo haga. Pero el próximo lo va a investigar de todas maneras”, concluye García Belaúnde.

Mientras la traición vizcarrina ocurre en nuestra narices, Lenin Moreno, presidente de Ecuador, declaró el domingo que su país ha demandado a Odebrecht reclamándole la plena reparación de los daños causados por sus actos de corrupción y que no firmará contrato alguno con esa corrompedor constructora. ¡Qué diferencia! ¡Y qué vergüenza! ¡Aprenda usted, presidente Vizcarra!