La vacancia presidencial y la gobernabilidad

Cinco de las bancadas partidarias representadas en el Parlamento, con su voto en contra, lograron evitar que el presidente Pedro Castillo se presente ante el pleno del Congreso para dar cuenta, explicar o justificar sobre determinados comportamientos suyos que, dentro del ámbito de la especulación, pueden ser o no correctos.

Si bien es verdad que esta era la primera etapa después de la cual podría dar lugar a una votación congresal sobre su vacancia o no de la presidencia de la república, también es cierto que, de ser verdad todo lo que se ha difundido en los medios de comunicación, incluidas las imágenes en la que aparece el primer mandatario, y cuya originalidad no se ha discutido, son hechos que no pueden quedar únicamente en el anecdotario presidencial, sino deben requerir una clara y suficiente explicación.

Los que defienden la conducta o proceder del presidente Castillo, manifiestan que no ha existido ninguna acción indebida ni delictuosa; razón por la cual, con mayor motivo, el propio jefe de Estado ha debido de dar cuenta personalmente al pueblo, vía la representación congresal, sobre su presencia en las circunstancias que se denuncian.

Al no haberse producido esa eventualidad, lamentablemente, continúan las dudas o especulaciones que son las que, evidentemente, se deben de evitar en el funcionamiento de un sistema democrático, donde la dinámica política continúa desarrollándose dentro de un clima de desconcierto e incertidumbre.

El peor daño que se le pueda hacer a la vida política de una sociedad, que clama por la estabilidad de su funcionamiento, es dejar muchos cabos sueltos, dando lugar a comentarios y/o enjuiciamientos de la conducta o proceder de sus autoridades que pueden o no ser calificados como correctos, pero por no ser oportunamente aclarados, terminan generando desazón e inconformidad por la forma de cómo se maneja la administración del Estado.

El invocar que las decisiones partidarias se inspiran en “garantizar la gobernabilidad”, renunciando a su responsabilidad de control político, pueden convertir a quienes así lo hacen en cómplices de los desaciertos, inconductas o procederes ilegales de las autoridades que deben de ser fiscalizadas permanentemente.

El principio de la separación de poderes, hoy frecuentemente citado por quienes critican el accionar congresal, no significa “dejar hacer, dejar pasar”; pues, si así lo fuera, se estaría cometiendo una grave equivocación en la forma de actuar de los congresistas, quienes además de legislar, tienen como obligación irrenunciable el verificar y fiscalizar el correcto desempeño de las autoridades en el ejercicio de sus funciones.

En ese sentido, es necesario acostumbrarnos a que nuestra vida política funcione de una manera tal que los funcionarios públicos, en todos los niveles, actúen con transparencia, sinceridad y claridad, evitando así a que el debate político, por estos dudosos acontecimientos, se desarrolle por el camino de la crítica en lugar de preocuparse de encontrar un mejor funcionamiento del Estado.

La población reclama de quienes manejan su administración que, con responsabilidad, idoneidad y con planificación, sin perder más tiempo, verdaderamente se preocupen ya en atender los diversos o variados problemas que nos aquejan.

La evidente subida de precios de los artículos de primera necesidad que preocupa cada día más a la ciudadanía, la inseguridad ciudadana que se incrementa en cada momento y en todas las zonas poblacionales, la inacción de la autoridad gubernamental para reorientar su toma de decisiones, evitando que las personas que designa no estén acompañadas de antecedentes que no merecen asumir cargos de especial importancia son, entre muchos temas, los que requieren ser solucionados de inmediato.

Por lo tanto, y como quiera que la esperanza es lo último que se pierde, no perdamos la esperanza que la gobernabilidad no se convierta en sinónimo de impunidad; requiriendo al presidente de la república que, con propósito de enmienda, comience a actuar de una manera totalmente distinta de cómo lo viene haciendo hasta ahora.

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