ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

La vacancia como deporte

Imagen
Fecha Publicación: 08/05/2025 - 23:00
Escucha esta nota

Sin temor a equivocarnos, la vacancia presidencial es el deporte peruano del siglo XXI. A partir de su presentación en sociedad —tras el fracaso de Pedro Pablo Kuczynski como jefe de Estado— teóricamente la vacancia se ha transformado en la solución recurrente para solventar cualquier problema nacional, promovida por una fábrica de estupideces integrada por gente aficionada, con la mentalidad deformada, aunque convencida de su “dominio” de la política sin siquiera conocer el significado de este vocablo convertido, súbitamente, en solución mágica para cualquier tropiezo. Consecuentemente, ante el menor problema nos esforzamos en mostrar al mundo nuestro absoluto desconocimiento de lo que implica hacer política con mayúscula, apelando precipitadamente a la vacancia presidencial.
Recordemos que tras la caída de Kuczynski —trapicheando con Kenji Fujimori y metido en el affaire Lava Jato— vinieron las vacancias de Martín Vizcarra, de Manuel Merino y Pedro Castillo. Ahora, caviares dixit, el turno es para Dina Boluarte. Existe una suerte de academia profesional, político-mediática a cargo de sugerir, difundir, promover y orquestar vacancias presidenciales. ¡Y opera como reloj suizo! Pero dejando atrás las tonterías, Dina Boluarte se ha ganado —esta vez a mérito propio— el Óscar concedido por la academia peruana de la vacancia.
Diversos sectores políticos han impulsado mociones de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte en Perú. Destacan:
Las bancadas del Congreso: esta vez pertenecientes a Perú Libre, Cambio Democrático y Juntos por el Perú, presentando mociones de vacancia por presunta incapacidad moral permanente de la actual jefa del Estado; y asimismo existen congresistas individuales, como José Luna Gálvez, quien advierte que si no hay cambios inmediatos en el gobierno, “la próxima medida será la vacancia”. Por su parte, la Comisión de Fiscalización del Congreso señala que Boluarte habría abandonado el cargo durante su recuperación de algunas cirugías estéticas, episodio que generó “un vacío de poder”, que se interpretaría como abandono momentáneo del cargo. Además, existen otras voces en el Congreso, expresando su irrefrenable intención de presentar mociones debido a genéricas denuncias constitucionales por presuntos actos de corrupción. Como podemos apreciar, el petitorio —según los legisladores involucrados en otra probable moción de vacancia— es alcanzar su objetivo por cualquier razón.
Por su parte, la presidenta Boluarte —como ha ocurrido en anteriores intentonas de vacancia— ha conseguido mantenerse en el cargo respaldada por reconocidos sectores políticos. Entre ellos, APP: César Acuña, acomodaticio personaje absolutamente infiel, envuelto en gruesas irregularidades como plagiar tesis, etc.; José Luna Gálvez, también vinculado al gremio de universidades de baja intensidad. A propósito, Acuña defendió la estabilidad del comunista-golpista Pedro Castillo, involucrado, además, en múltiples escándalos de corrupción.
Comprobamos entonces que los entusiastas promotores de las vacancias presidenciales en el Perú no defienden la Constitución ni las leyes. Defienden las canonjías que procuran obtener del Estado a través del gobernante de turno. Caso contrario, vacan al mandatario coaccionando a través de sus bancadas y parte del resto de la oposición, arguyendo todo pretexto que se les ocurra para presionarlo. Esta mafia sin principios maneja actualmente el Perú. ¡Basta de manipulaciones, amable lector!

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookXInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.