La tragedia de la vocecita
No podemos más que felicitar al canciller Javier Gonzales-Olaechea Franco, por alzar la voz, indignado como la gran mayoría de peruanos, ante el grosero fraude en Venezuela. Su discurso en defensa de la democracia en ese antro de comunistas y rentados de la OEA, ha sido aplaudido por propios y extraños.
El comunismo del siglo XXI debe ser erradicado, es un virus contagioso y que vinculado al narcotráfico le sobra para comprar adulones, defensores y funcionario de entidades supranacionales, cada vez más inservibles a la causa de la libertad.
La presidente Boluarte debe alzar la voz contra la trampa de Maduro, es su momento histórico para dejar de ser una “casualidad” y demostrar que tiene el fuego y el valor de una mujer que ama la libertad y decencia del Perú como. Y que merece el cargo que ostenta, ganándose de paso el apoyo y la defensa de millones de demócratas, dentro y fuera del Perú.
Ayer en el aniversario del ministerio de Relaciones Exteriores, tuvo su oportunidad de oro, pero le ganó el “infame pacto de hablar a media voz”. Boluarte debe mostrarle al mundo de qué madera está hecha la primera mujer presidente del Perú. Su solidaridad explícita con Edmundo Gonzáles y María Corina nos posicionará globalmente como el país que repudia la herencia perversa que dejó Fidel Castro para dividir a nuestra América.
A Maduro lo defiende el eje del mal, por eso hay que ser enfáticos y decir si se está con el comunismo criminal y hambreador o con la democracia que crea riqueza y oportunidades, y permite decir lo que se siente y piensa.
Maduro bordea la locura, se sabe caído. Amenaza con perseguir y hasta matar a sus opositores, que son millones. Sabrá el cielo qué carnicería tiene planificada.
En las pasadas elecciones venezolanas, Alan García Pérez se topó con un grupo de venezolanos protestando contra la dictadura, en Madrid. Con el micro en mano se convirtió en ese gigante intelectual indomable que todos extrañamos.
Y dijo: “Más del 90% de los peruanos están con la democracia y la libertad de Venezuela. Y todos en contra del gobierno corrupto, dictatorial y autoritario de Chávez y Nicolás Maduro, que ha empobrecido al pueblo, ocasionando carestía, una inflación sin precedentes y hambre a los más humildes. Que ha confiscado y conculcado las libertades fundamentales sin las cuales no hay vida civilizada. Hay que descender a Bolívar de la cruz en la cual lo ha crucificado el chavismo, una mafia de cuartel e ignorancia que no conoce el pensamiento de Bolívar y que el chavismo desfigura.
En una breve palabra: solidaridad hasta la última gota de sangre con el pueblo venezolano. Ojalá pudiera enfrentarme a Maduro para mostrar al mundo que es monosilábico y que no tiene ni una neurona”.
Señora presidente repudie al narco-tirano y no olvide solidarizarse con la perseguida María Corina Machado. Se ganará el respeto y apoyo de millones.
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