La tercerización laboral
Por César Alfredo Montes de Oca Dibán
A propósito de la nueva tercerización informamos que ¡mantendremos nuestro trabajo! Sí, no lo perderemos y nuestra compañía podrá seguir brindando servicios a nuestros clientes es la voz que resuena en el ámbito empresarial.
En febrero de 2022, el gobierno emitió una norma que restringía en demasía la tercerización en nuestro país. Se olvidó que una tercera parte de los peruanos somos formales, cumplimos las normas legales y contamos con las facultades legales para defender nuestros derechos.
En este orden de cosas, gracias a las acciones legales realizadas por más de 200 empresas a nivel nacional se han emitido medidas cautelares por parte del Poder Judicial y una resolución en primera instancia de un ente administrativo, que vela por los derechos de los usuarios o consumidores, para inaplicar la referida norma. Sucede que la norma de febrero, aplicable desde este 23 de agosto, se enfrentaba a principios constitucionales y a la misma ley de tercerización. A esta la desnaturalizaba, quitándole su esencia.
Tengamos en cuenta que la tercerización es una subcontratación. En efecto; se contrata a alguien para que realice parte de mis trabajos debido a los términos de la calidad que exijo, costos competitivos en el mercado laboral, tiempo razonable, entre otros aspectos. Esto permite identificar los trabajos o actividades que uno mismo tiene que hacer, entregar uno o varios a otros, para finalmente contar con un mejor resultado si tendría que haberlo hecho solo.
Vemos, pues, que una de las externalidades de la tercerización es la mejora permanente de uno y de todos los que participan en la consecución del resultado. Es decir, un trabajo en equipo en un mundo competitivo, sumamente exigente.
Sin embargo, el gobierno consideró que se convoca a otros abusando de ellos, ya que se les pagaría poco por su trabajo. Literalmente mencionan los términos “indiscriminadamente” y “abaratamiento”, lo cual no es cierto. Los salarios y condiciones que se establecen son competitivas en el mercado y de mutuo acuerdo. El gobierno repite una monserga dogmática que se contrapone con la realidad, más aun que se enfrenta a la fracción (1/3) de las actividades formales en el país.
Somos formales y lo seremos siempre. Cumplimos las normas. Si algo hay que mejorar, trabajemos juntos.
Evitemos generar más informalidad y veamos cómo podemos generar más trabajos formales, a fin de que nuestros compatriotas y residentes cuenten con beneficios laborales, sociales y de seguridad y de esa manera tengan una vida digna que es el sueño de todos los peruanos.
Abogado, docente universitario, consultor legal
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